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Escena con contenido sexual, se recomienda discreción. Pero hagan lo que quieran, yo no soy su mamá JAJAJAJAJAJAJA.

Abrí la boca para tratar de llevar más aire a mis pulmones y pasé la lengua por mis labios que estaban secos.

El hombre me miró y lo vi tragar, haciendo que su garganta se moviera y me hipnotizara otra vez. Pensaba que para él sería más fácil esto por ser hombre y si hubiera estado completamente en mis cinco cabales, nunca hubiera pedido esto pero mi cuerpo estaba en llamas.

—No deberíamos...

—¡Cállate y ven aquí! —Mi voz sale un poco chillona.

El hombre cerró los ojos y observé que estaba diciendo algo por el movimiento de los labios, pero cuando abrió de nuevo sus ojos pude ver que algo cambió, su mirada estaba más sombría. Sentí una mezcla de excitación y miedo porque supe que las cosas iban a cambiar a partir de aquí.

Se acercó muy rápido considerando lo grande que era y me besó sin previo aviso. Y mi cuerpo inmediatamente se amoldó a él, abrí la boca tratando de meter mi lengua en la suya y lo logré. Aunque amortiguado por el beso, mi gemido se escuchó. El cosquilleo en mis piernas y en mi clítoris se intensificó.

—Que Dios me perdone, pero quiero comerte toda, hacerte cosas sucias desde que te vi. —Bajó hasta mi cuello—. Quiero ser gentil y contenerme porque te mereces algo más pero me cuesta mucho. —Su barba me acarició al igual que sus besos.

—No te contengas —gemí.

Moví mi mano hasta su overol y bajé la cremallera para encontrarme con su camiseta blanca. Me alzó y sentó en su regazo, a la vez que se sentó en la cama de la celda. El movimiento hizo que mi centro quedara junto sobre su dura polla, haciendo que gimoteara más.

—Tranquila, Gorrión, te quitaré ese dolor y te daré placer. —Me besó la frente con algo parecido a ternura—. Me encargaré de ti de ahora en adelante.

Asentí con los ojos cerrados y cuando los abrí, vi que se había quitado la camiseta, mostrando un pecho perfecto y duro. Sin pensarlo mucho, bajé hasta morderlo cerca del pezón, provocando un gemido de su parte y otro gemido de mi parte. Me sentía tan deseada, coqueta y libre de poder hacer lo que quisiera.

—Corazón, no hagas eso porque me harás venir en los pantalones.

No dije nada. Bajó mi overol y retiró mi camiseta mostrando un top deportivo gastado, lo subí dejando libre mis tetas y el hombre no perdió el tiempo porque metió uno de mis pechos a su boca, mientras acaricia con su mano el otro. Mis gemidos eran más constantes al igual que el dolor crecía más. Podía sentir las gotas de sudor en mi frente y espalda, mi sangre caliente y mi respiración pesada. Mientras él lamia y mordía mis pezones, moví mi cadera buscando algo de alivio pero lloriqueé al no conseguir nada, solo empeorando el dolor.

—Por favor —dije, saliendo en una súplica muy necesitada.

Él me bajó de su regazo y me puso en la cama, quitándome el overol y haciendo lo mismo con el suyo, y dejándolo en el suelo al igual que su camiseta y bóxer, quedando completamente desnudo ante mí.

Mis ojos fueron a su polla y no me decepcionó. Lamí mis labios deseando probarla, justo en el momento en que se movió.

—Me encantaría que chuparas mi polla, correrme en tu pequeña boca y en esas grandes tetas, pero siento que, si no me meto en tu coñito y me corro dentro de ti, mis bolas van a explotar y voy a morir.

Jadeé ante la crudeza de sus palabras y en vez de haberme sentido ofendida ante las palabras, solo hizo que me excitara más y él lo notó porque me bajó las bragas, llevándoselas hasta su nariz, mientras sonreía.

Destinos CruzadosWhere stories live. Discover now