|15|

2.2K 119 33
                                    

Capítulo con zukulencia y escenas sexoxas bien explicitas, por favor no ruborizarse jajajaja😏 


POV's Maddox

La pongo suavemente sobre la cama, despegándome solo unos segundos mientras lleno de aire mis pulmones y reanudo el beso.

Tengo una mezcla de sentimientos y sensaciones, pero sobre todo mi instinto de protección está a mil en este momento. Ver como su cuerpo temblaba, su llanto y escuchar sus palabras hicieron que saliera a flote el hombre de las cavernas en mí, buscando aliviar su sufrimiento y  rugiendo a cualquier cosa que quiera hacerle daño.

Cada palabra que le dije es completamente cierta, la amo tanto que no sé cómo expresarlo o decírselo. Me sigue pareciendo increíble que con solo una mirada haya quedado perdido por ella pero ocurrió, y estoy sumamente alegre por haber entrado a la cárcel a pagar esa deuda de mi abuelo, de haberme quedado más tiempo y de haber estado en mi celda para verla caminar por ese pasillo.

Me despego de ella, y me quito el saco mientras aflojo la corbata y la tiro a nuestro lado. Ella empieza a desabotonar mi camisa pero para aligerar todo, la abro y los últimos botones salen disparados. Su mirada está nublada por el deseo y que Dios me ayude, pero si no estoy dentro de ella en unos minutos me volveré loco.

—Gorrión, te amo. —Me lanzó a besarla de nuevo.

Ella mueve sus manos entre los dos y empieza a subir su camisa y la ayudo a quitarla, revelando un sostén blanco que apenas cubre sus exuberantes tetas. Solo Dios sabe cuanto quiero lamerlas.

—No te veo quitándote los pantalones. —Su voz es suave, como terciopelo.

Sonrío un poco ante su comentario y abro mis pantalones, y a mi pesar, me aleja de ella, así quitándome los pantalones y después ayudándola a quitar los suyos.

Empiezo a besar lentamente sus pantorrillas y voy subiendo mientras ella se retuerce un poco.

—Tan sensible a mí. —esbocé—. Y saber que tendremos más noches de estas, hace que mi polla gotee.

Llego a sus bragas y las bajo rápidamente viendo como su coño está goteando.

—Papi está de vuelta.

Y cuando Ángela va decir algo, se atraganta cuando pongo mi boca sobre mi coño.

Doy una larga lamida y siento como se estremece y me encanta, saber que soy yo el que produce que esté tan deseosa, que la hace estremecerse.

Empiezo a comer su coño como si fuera mi última comida y ella lo disfruta porque sus gemidos hacen eco en la habitación.

—No pares, estoy cerca.

Levanto mi cabeza y ella se queja cuando dejo de chuparla.

—Llámame papi o no seguiré. —Le sonrío y ella gime frustrada.

Veo como se muerde el labio y después de unos segundos me mira.

—No pares, estoy cerca, papi. —Me dice con la mirada pesada por la lujuria.

—Lo que mi niña quiera. —Bajé lentamente sin romper el contacto visual y di una larga lamida.

Abrió más las piernas y cerró los ojos con fuerza, alcé una de mis manos y la puse sobre una de sus tetas y lo apreté. Gimió fuerte y puso su mano sobre mi cabeza y empuñó mi cabello tratando de pegarme más a su coño.

—Estoy muy cerca, papi. —Gimió.

Empecé a acelerar mis lamidas y ella empezó a temblar. Liberé su pecho e introduje dos dedos dentro de ella, haciéndola jadear y seguí lamiendo pero ahora mi atención estaba en su clítoris. Podía saborear sus jugos, era como el paraíso para mí, algo a lo que ya era adicto. Me acuerdo que la vez que nos descubrieron en mi celda follando, la guardia me dijo que estaba encoñado, tratando de burlarse de mí, pero ahora era mi verdad, era adicto a su coño, a su olor, a su tacto, era completamente adicto a ella.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 11, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora