8

891 143 91
                                    


○●

Cuando escucho a Ohm, levanto la mirada y veo que está parado en el marco de la puerta.

Llegó del trabajo algunas horas antes, pero no he tenido tiempo de hablarle porque aún no acabo mis notas.

—¿Te hago un café?

—No, ya casi termino, ve a la cama.

—No me gusta dormir sin ti —responde acercándose al escritorio— ¿Enviarás esto a las universidades?

—Sí —digo inseguro— espero que alguna acepte.

Él me sonríe, revolviéndome el cabello.

—Lo harán, la información que quieres dar en las charlas está muy bien trabajada, si tuviera una universidad, diría que sí.

—Porque soy tu novio.

—No, lo haría porque tu trabajo es excelente, y todos deberían escucharlo.

Aún estoy dudando, pero últimamente las autoridades intentan hacer algo para frenar los crímenes de odio que han ido aumentando, y aunque no ser heterosexual aún está mal visto, quieren proteger los derechos fundamentales de todos.

Resoplo antes de notar que Ohm me está mirando con una sonrisa.

—¿Qué?

—Estoy orgulloso de ti, mi chico listo.

—No lo soy.

—Lo eres, Non, haces mucho para ayudar, es algo que me gusta de ti.

—Shh —siseo entrecerrando los ojos.

—Va a salir todo bien, estoy seguro —susurra uniendo nuestros labios.

Siento que intenta profundizar el beso con su lengua, pero se lo impido, alejándome.

—Ohm, de verdad quiero acabar esto y estás distrayéndome.

—Lo siento, iré a hacerte el café.

Lo veo caminar desanimado hacia la cocina, así que decido alejarme un momento de los papeles.

Llevo muchas horas del día centrado solo en trabajar.

Es porque tengo que leer mucho para saber qué decir y no me permito estar con Ohm como antes.

Ya ni siquiera tenemos conversaciones en las noches, y ese era nuestro tiempo para estar juntos, porque él pasa todo el día afuera trabajando.

Me siento culpable.

Ohm siempre ayuda y no se queja, aunque probablemente ya está cansado de mí.

Aún me pongo inseguro a veces, porque aunque no lo exteriorizo, creo que soy poco para alguien como él.

Me levanto y corro a la cocina, para abrazarlo por detrás, apoyando mi rostro en su espalda.

—¿Estás cansado de esto? —pregunto con un nudo en la garganta— todavía estamos bien, ¿verdad?

—Non —dice al girar hacia mí— no voy a cansarme solo porque tienes un proyecto extra en tu vida, yo estoy feliz por ti, y no voy a decirte que me gusta que no tengamos tiempo para nosotros, pero lo comprendo perfectamente, ambos tenemos propósitos diferentes, y me gusta verte cumplir los tuyos.

Mi corazón se siente reconfortado al oírlo.

—No quiero que sientas que te dejo de lado —respondo agarrando su rostro— esto es importante, pero tú eres mi prioridad, yo te amo y eres mi mayor motivación para todo, porque me das siempre la fuerza que necesito cuando empiezo a tener dudas.

—Y yo te amo a ti —dice besando mi nariz— me tienes a mí para siempre, así que no te preocupes más.

—¿Sí me amarás para siempre? —pregunto haciendo un puchero.

—Siempre —asegura abrazándome— no creo que sea posible dejar de amarte, así que cambia esa cara, regresa a tu escritorio, y yo voy a hacerte café.

Sonrío más tranquilo ahora, con una sensación bonita en el pecho, esa que aparece cada vez que recuerdo la suerte que tengo por tener a Ohm en mi vida.

Pecador | OhmnanonWhere stories live. Discover now