2. Déjame adivinar

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— Me encantaría que estuvieras aquí papá, te extraño. — Lo miro con nostalgia. 

— Volveré pronto, no te preocupes. — Sonríe, la señal se entrecorta y se termina la llamada. 

Me quito los audífonos que tenía puestos.

Cómo siempre las videollamadas no son suficientes para comunicarme con papá, pero sé en navidad volverá y podré disfrutar las vacaciones con él. 

— ¿Se volvió a cortar la llamada? — La voz de mamá me obliga a mirarla a los ojos.

Asiento y me pongo los audífonos de nuevo.

No quiero hablar con mamá.

— Liv hija, sé que esto te afecta, pero papá volverá ¿ok?...yo también lo extraño y prometo que cuando vuelva no dejaremos que se vaya de nuevo, solo no dejes de hablarme...porque me preocupo. — Mamá me da un abrazo y luego besa mi mejilla con ternura.

Quito mis audífonos de nuevo.

— Lo siento mamá, no era mi intención preocuparte. — Finjo una sonrisa y ella suspira aliviada.

— No te disculpes Liv. — Sonríe y sale de mi habitación. 

¿Por qué simplemente no le dices que te sientes mal por que papá siempre esté de viaje?

Porque sentirá lastima por mí y me basta que del instituto le digan que no pronuncio ni una sola palabra.

Pronunciabas querrás decir. 

No quiero volver a decir nada, creo que estaba mejor siendo invisible, pero es que...Zack Miller lo ha jodido todo con eso de destruir San Valentín. 

Apenas estamos a finales de noviembre y supongo que destruir el romance de Berkeley East High School no es tan mala idea, sin embargo deja de ser una idea genial si se trata de que todo el instituto posiblemente se dé cuenta de quien los separó.

Para Dolly y Zack separar personas sería un juego, pero para los demás y en específico para mí, sería muy riesgoso.

Mejor no debería pensar más en eso, pero tampoco voy a opinar, solo dejaré que hagan lo que quieran, porque básicamente a mí no me interesa.

***

— ¡Liv ya me voy! ¡No olvides desayunar! —  Mamá grita desde la puerta mientras bajo las escaleras.

Bostezo sonoramente a pesar de que ya me bañé y voy a la cocina. Preparo unos cereales y los como rápidamente.

Luego de desayunar y lavarme los dientes, salgo de la casa, subo a mi bicicleta y me dirijo al zoológico (instituto).

Amo sentir el viento sobre mi rostro mientras estoy sobre mi bicicleta, me hace sentir libre y serena como si nada en el mundo me preocupara, lástima que no siempre me sienta así.

Llego al instituto y hago una mueca de fastidio cuando veo a Los Atrevidos junto a sus lujosos autos coqueteando con unas chicas...aunque falta uno y ese es...

— ¿Me buscabas? —  Zack habla muy cerca de mi oído.

Me volteo a verlo y nuestros rostros quedan a escasos centímetros. Doy dos pasos hacía atrás y frunzo el ceño.

— ¿Ya no hablas? — Pregunta con la curiosidad impregnada en su expresión.  

Me encojo de hombros y doy media vuelta dirigiéndome al instituto.

Zack me toma de la mano con una delicadeza increíble, pero que me obliga a quedarme totalmente inmóvil y luego camina hasta quedar mi lado sin soltar mi mano.

El club de los cupidos negros [✓] - Las flechas de Cupido #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora