11. Sin ser investigado

87 14 20
                                    

— Jasper, quiero que me digas todo lo que recuerdas de la primavera de hace dos años y medio, porque los voy a ayudar y necesito algo a cambio. — Digo con decisión.

Jasper alza la vista de su libro y sonríe de lado.

— Siempre esperé este día ¿puedo sentirme orgulloso, silenciosa? — Enarca una ceja esperando mi respuesta.

Suelto una risa amarga y me siento a su lado en las gradas.

— No me importa si sientes orgullo o no, sólo necesito información. — Respondo con simpleza.

— Bien, ¿qué necesitas saber? — Me mira a los ojos.

— Todo. 

— ¿Todo? ¿Hasta las chicas con las que me acosté en esa época? — Ríe. 

Está jugando conmigo y con mi paciencia.

— Sólo lo que incluye a Dorothea Lawrence, a Zack y a mí.

Su rostro palidece cuando nombro a Dorothea.

— Todos sabemos que perdiste tus recuerdos el día que Dorothea intentó...suicidarse, pero eso sólo las incluye a ustedes dos...

— Sé que Zack tiene algo que ver, así que me lo dirás ahora o no lo ayudaré, porque estoy pensando seriamente que me ha mentido y...

— Ya...ya te lo diré. — Me interrumpe y suspira. — Pero tendrás que ir mucho más atrás en el tiempo...justamente al jardín de niños.

Paso las manos por mi rostro y lo miro intentando encontrar la verdad en sus ojos.

— Sólo dime lo que necesito. 

— Cuando teníamos cinco años salvaste a Zack y...¿por qué no lo recuerdas? — Pregunta de repente y frunce el ceño.

— Si te estoy preguntando es por algo ¿no lo crees? 

Suspira exasperado.

— Deberías ir con un psicólogo. — Murmura antes de seguir con su relato. — Era un día soleado y por culpa del imbécil de Zack, Asher y yo estábamos totalmente empapados de pintura. Sólo éramos unos mocosos de cinco años, pero ya quería matar a Zack en más de cinco formas diferentes y también sabía que no podía hacerlo porque éramos amigos y su mamá cocinaba...corrección, cocina las mejores galletas de mantequilla y todo sea por las galletas de mantequilla. — Sonríe recordando algo.

Se ve tenebroso...Jasper es tenebroso hasta cuando sonríe.

— ¿Qué tiene que ver eso conmigo? — Pregunto algo molesta.

— Todo...justo cuando Zack iba en búsqueda de unas toallas húmedas para limpiar el desastre que había hecho...¿no puedes pedirle a Asher que te cuente esta historia?, es que odio hablar de momentos dramáticos. 

Ruedo los ojos.

— A ver imbécil, ¿qué parte de "necesito la información" no entendiste?  

— Bien...qué carácter. — Susurra. — La cosa es que Zack vio a su mamá discutiendo con un hombre y eso era sumamente extraño, porque la hora de la salida era dos horas luego de eso, así que Zack se acercó con nosotros cuidándole las espaldas y...

Suelto una carcajada.

— ¿Cuidándole las espaldas? — Sostengo mi abdomen de la risa.

— Y tú saliste sonriendo del baño con un mechón cortado de cabello trenzado en la mano y Dorothea gritando tras de ti. — Termina su frase.

El club de los cupidos negros [✓] - Las flechas de Cupido #1Where stories live. Discover now