04

900 70 15
                                    

Me he esforzado mucho para llegar donde estoy

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Me he esforzado mucho para llegar donde estoy. Mi familia se mudó a Estados Unidos cuando yo tenía 17 años. Papá viajaba mucho gracias a su puesto en el CNI y teníamos que cambiarnos constantemente, por lo que casi no pasaba tiempo en casa. Mamá era la que estaba más atenta a mi hermana y a mí aunque su trabajo le pidiera estar más horas fuera. Era cirujana.

Siempre he sabido lo que quiero. He estado centrada desde pequeña en ser una agente importante, y lo logré.
La gente piensa que estoy en mi puesto gracias a mi padre. Eso me molesta ¿Es que acaso alguien no puede lograr un buen puesto por sus propios méritos? Sí, tengo un padre que pudo ayudarme a alcanzar mi lugar e incluso uno mejor ¡Pero yo pude lograrlo sola!

Ahora estábamos planeando como toparnos con Jacob Smith.

Cada quien estaba sentado en su cama, o en mi caso, acostada. La mía estaba cerca de la ventana.

—Michelle dijo que se hospedaba cerca — dijo Jack, estirándose y recargando su peso en sus dos brazos sobre la cama.

—No es como que podamos meternos a su hotel y buscarlo — le dije, poniendo una de mis manos sobre mi frente y viéndolo.

—Hagamos eso — siguió con sarcasmo.

Después de unos segundos en silencio. Me senté y chasqueé los dedos.

—El casino.

—¿Crees que estará en el casino? — preguntó, levantando una ceja.

—Un hombre con mucho dinero tendrá algo que hacer con él. Yo iría a un casino.

—Ludópata.

Levante mi dedo corazón y me dirigí a mi maleta. Tome un vestido de noche, me giré a él y le hice una seña con la cabeza para que se arreglara, sin decir nada, empezó a hacerlo.

Después de una hora ya estábamos listos, daríamos una vuelta por los casinos que estaban cerca del hotel. Habíamos rentado un coche color negro, Jack iba de chofer.

Se comenzó a acercar al casino. Había un muchacho que se encargaba de guardar los coches. Me desabroche el cinturón y tomé mi bolso.

—Tú me vas a abrir la puerta — le dije.

El auto empezó a frenar.

—¿Qué?

—¿Estás sordo?

Él salió y le lanzó las llaves al joven. El desconocido me abrió la puerta.
Le sonreí en agradecimiento.

—Aprende de él, Jacky.

Noté como mi compañero rodeó los ojos y ambos caminamos al casino.

Juegos. Ruletas. Luces. Y sobre todo gente era lo que resaltaba del lugar. Aunque todo era bastante extravagante, no dejaba de ser elegante.

The mission || Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora