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Feliz navidad adelantada, razaaaa

Feliz navidad adelantada, razaaaa

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Victoria Masías

La he cagado.

—No me digas ¿cómo supiste? — me contestó Freddy con sarcasmo desde la otra línea.

—Estaba enojada.

—Contigo misma, Vic, Jack no tenía la culpa — su tono era serio, no estaba acostumbrada a que estuviera así — y no entiendo porque estás así, van a lograrlo de todos modos.

—No quise herirlo.

—Eso fue exactamente lo que hiciste.

—No querrá hablarme.

—No lo sabes, Victoria — escuché un quejido de su parte — ahora mismo me dan ganas de meterte una hostia.

Me levante de la cama y camine por la habitación.

—Por una vez, puedes ser feliz — su voz ahora insistente — puedes hacer lo que tú quieres ¿me escuchas? Tu padre está lejos, demasiado lejos para que siga influyendo en tus desiciones.

Asentí aunque él no pudiera verme e hice un sonido de afirmación.

—Entonces ve, bésalo y desanúdalo.

—¡Freddy!

Y sin dejarme terminar, colgó.

Me tomé del rostro y miré el reloj. Eran las 5 de la tarde y llevaba todo este tiempo sin ver a Jack. Nos avisarían del último baile pronto y entonces tendríamos que partir.

Entendería si no quisiera verme, fui una completa estúpida al comportarme así. ¿Pero qué pasaría si los descubren por distraernos de esta manera? No puedo permitirme hacer ese tipo de cosas. Me pongo en peligro a mí y a él.

¿Qué chingados estoy haciendo?

Me encanta Jack y lo de ayer fue una pendejada.

Salí decidida de mi habitación y fui directa a la suya. Toque un par de veces y no contestó.

—¿Jack? — lo llamé — fui una pendeja anoche y no quiero que estemos así — solté un suspiro — ¿podemos hablar?

Tome el picaporte para poder abrir la puerta, pero una mujer de la limpieza salió con su clásico uniforme y todos los utensilios que había ocupado.

—¿Usted no había salido con él? — me preguntó extrañada.

—¿Disculpe?

—El señor salió hace dos horas. Los reconocí porque son una pareja muy linda.

Le sonreí a la señora.

—Gracias. Entonces tendré que ir a buscarlo.

—Que pase una bonita tarde.

Después de eso, regrese a la habitación.

¿Y ahora cómo lo encuentro?

...

Jack Conway

—Estaba muy enojada, Michelle — le comenté a mi amiga mientras la veía a través de la pantalla.

—Victoria a veces no sabe lo que dice.

—Bueno, yo también he sacado el tema de su padre y...

—Ambos entonces sois unos tremendos gilipollas.

—Gracias.

Mi amiga se sobresaltó, una puerta se azotó de su lado y una figura masculina apareció junto a ella.

—Acabo de hablar con Vic — dijo Freddy — ya entró en razón.

—Menos mal — hablé yo viendo vestidos — porque yo ya iba a entrar en su habitación.

—¿Para besarla con locura y desesperación?

—¡Freddy! — lo regañó mi amiga.

Él solo soltó una carcajada.

—¿Os gusta este? — levante un vestido verde oscuro con detalles dorados.

—Creo que ese no te queda, Jack — se siguió burlando Freddy.

—Deja de hacer el capullo.

—No le gustará la parte del pecho, está muy descubierto.

Lo guarde y seguí buscando.

—¿Quieres arreglar las cosas con ella comprándole un vestido? — siguió Trucazo y esta vez se tocó el corazón — que romántico.

—Se le ha roto el que ella quería llevar.

—Y le pones atención — agregó mi compañero.

—Estás muy enamorado ¿verdad, Conway? — se unió Michelle.

Ella era seria, pero a veces no podía desaprovechar las oportunidades que se le daban para burlarse de mí. Más si se trataba de Victoria.

Rodee los ojos y centre mi vista otra vez en los vestidos.

Mientras mis compañeros se seguían riendo a través de la pantalla, me quede parado viendo un vestido. Era rojo con la espalda descubierta, no tan escotado, y con una delgada línea dorada que rodeaba la cintura.

—Mirad esto — voltee la cámara para que lo vieran — se verá preciosa — susurré lo último, pero sé que lograron escucharlo.

—Ya basta, esto es muy cursi, me asquea — se burló Michelle tocándose el pecho.

—Cómpralo ya y vuelve con ella.

—¿Cómo se que le va a quedar?

—Deben de haber más tallas, si no le queda, vas y lo cambias — dijo Michelle con obviedad.

Después de unos minutos ya lo tenía en una bolsa en mi mano.

—Ahora, escúchame bien, Jack — mi amiga se tornó seria y apuntó a la pantalla — deja de hacer el gilipollas y ve tras ella, así me hacen un favor a mí también y me dejan de joder.

—Sí, señora.

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The mission || Jack ConwayWhere stories live. Discover now