6 | Conexiones

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«Creemos que tienen algún tipo de conexión

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«Creemos que tienen algún tipo de conexión. No solo como una conexión normal, ya saben.  Algo más»
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La casa de Venus no se veía diferente. Estaba increíblemente organizado, y no había nada fuera de lugar. Tenía demasiado miedo de tocar algo. Por supuesto, las cosas se veían diferentes a como se veían hace unos años. Sin embargo, todo se sentía igual.

—Micaela y mis padres están fuera en este momento—explicó mientras Brett y yo entramos, observando nuestro entorno. —¿En qué puedo ayudarles?

—Yo... eh... pensamos en hacer una visita— dije, mi mente en otra parte por un momento. Brett y yo compartimos una mirada.

—Sabes, solo queríamos ver si ustedes se estaban acomodando bien y esas cosas—agregó Brett, mientras yo asentía, mostrándole a Venus una sonrisa inocente.

—Estamos bien, gracias—dijo con una brillante sonrisa, mirando hacia una puerta abierta. —¿Puedo traerles algo de comer? ¿Beber?

—Estamos bien, gracias—le dije, ganándome una mirada molesta de Brett. A pesar de mi respuesta, Venus parecía dirigirse hacia su cocina.

—¿Estás segura? Tenemos este increíble pastel que aún no hemos terminado...

—Bec, me muero de hambre—se quejó Brett mientras yo rodaba los ojos, comenzando a seguir a Venus a la cocina.

—Comida más tarde— dije en voz baja, caminando cerca de él. —Apegarse al plan.

—Sí, bueno, creo que el plan apesta un poco—, siseó Brett con amargura, sosteniendo la cabeza en alto con fingida molestia.

—Sí, bueno, creo que tienes que aguantarlo—respondí, lanzándole una mirada antes de entrar en la cocina. Venus se dio la vuelta para mirarnos con una dulce y enfermiza sonrisa en su rostro, una que yo devolví vacilante.

—Entonces— comenzó, sacando una silla de debajo de la mesa. Hice una mueca ante el sonido poco atractivo de las patas de la silla raspando el suelo. Levantó la cabeza de nuevo, la sonrisa todavía pegada en su rostro, pero había un trasfondo desagradable en ella. —¿Por qué están realmente aquí?

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Mentir. Me volví muy buena en eso, especialmente alrededor de los doce años. Y siempre me gustó culpar de la habilidad a la influencia de Scott y Stiles.

A decir verdad, se han evitado muchas, muchas situaciones difíciles, todo gracias a mi talento un tanto aterrador de inventar la historia de mierda más creíble que se me ocurre.

Así que mientras Brett puso una excusa y se fue a husmear arriba, le conté a Venus una larga historia sobre la vida en Beacon Hills una vez que se fue, y cómo fue tenerla de regreso. Para mi alivio, ella pareció caer en la trampa.

Instict | Liam Dunbar ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora