15 | Caer

270 32 5
                                    

«Yo lo amaba»• ────── ✾ ────── •

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«Yo lo amaba»
• ────── ✾ ────── •

Todo estaba en silencio.

La casa tenía un pesado vacío en su interior cuando entré. Pero también había un vacío dentro de mí, como si hubiera perdido una parte de mí misma. Como si mi corazón se hubiera hundido en mi estómago, dejando un espacio vacío donde solía estar.

Suavemente, Scott colocó una mano sobre mi hombro, tal vez un intento reconfortante para que me moviera más adentro, pero ni siquiera pude encontrar la fuerza dentro de mí para caminar.

Al sonido de la puerta cerrándose detrás de nosotros, mi mamá entró desde la otra habitación. Casi instantáneamente, su rostro cambió, cayó, como si hubiera sido aplastada con solo mirarme.

—Oh cariño.

Me quedé completamente inmóvil mientras ella envolvía sus brazos alrededor de mí, sosteniéndome con fuerza, más fuerte que nunca antes. Mis ojos hinchados, enrojecidos y doloridos comenzaron a arder con lágrimas otra vez, una crudeza para ellos.

—Se ha ido— tragué saliva, casi ahogándome con el nudo en la garganta. —Se ha ido de verdad, mamá.

—Eran cazadores— añadió Scott en voz baja. Él también luchó con las palabras, como si no pudiera soportar decirlas en voz alta.

—E-ellos lo mataron...— Me aparté del abrazo de mi madre, mientras una chispa de ira comenzaba a hervir dentro de mí, feroz y ardiente. Mataron a Brett y Lori. Las palabras sonaron demasiado amargas en mi lengua.

La rabia se agitó dentro de mí, como si tuviera hambre de una destrucción desesperada. Me di la vuelta, alejándome lo más que pude de mi madre y de Scott, sabiendo que era demasiado para manejar, demasiado para tratar de controlar.

Todo a mi alrededor se volvió borroso. Los sonidos. El sabor. El olor. Como si mi mundo hubiera sido despojado de todo, dejando una cáscara vacía de nada.

Todo estaba... desaparecido.

Me detuve frente al estante de fotos, tratando de contener los intensos sentimientos y emociones que ardían brillante y rápido dentro de mí.

Tuve que mantenerlo unido.

Una lágrima se deslizó por mi mejilla, y en cuestión de segundos las compuertas se abrieron. Mi barbilla tembló, y me encontré agarrando el estante, respirando más pesado que nunca antes.

Lo estaba perdiendo de nuevo. Podía sentirlo. Cualquier recuerdo feliz, cualquier hilo de felicidad se estaba deshaciendo por las costuras. El mundo entero se estaba desmoronando en la punta de mis dedos.

Y me sentí vacía.

—Becca...

Un rastro ondulante de agonía me golpeó. Extendí la mano, mi mano deslizando todo en ese maldito estante. Marcos de cuadros, pequeños adornos, todos cayeron al suelo con un estrépito duro y frío, rompiendo finalmente el silencio de la casa.

Instict | Liam Dunbar ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora