XI| SACUDIDA

1K 97 28
                                    

Bestia

ʚ•ɞ

(New Hope - Estados unidos)

Nueva esperanza...

Con los primeros rayos de sol ya estaba más que preparado para ese día.

En realidad, no había podido descansar desde que arribó al lugar hace poco menos de cuatro horas.

Estaba un tanto inquieto.

Con la mente vaga, algo confuso.

Con sensaciones imprecisas. Sin embargo, tenía que admitir que en esos momentos no se entendía.

No se dirigió a su residencia después de que se topó con Abigail y su nuevo amante, que para variar era otro de sus tantas piedras en el camino. No porque eso le molestara de alguna forma, solo lo ponía en unos aprietos, que debía de admitir que le servían para superarse. Puesto que, de otra manera no sería el mejor.

Ya que tener al príncipe de Prusia queriendo aniquilarle de forma directa por algo que no busco le hacía gracia, porque enserio creía que podía tener posibilidad ante él.

Era el próximo Rey de sus tierras, el mérito por nacer primogénito no se lo quitaría, pero no solo bastaba con mala entraña que seguro poseía, ni una ínfima maldad.

Esa se fomentaba, moldeaba. Hasta convertirla en una parte que nadie quería provocar.

Estaba tan biche que ante la madurez de su alma no tenía comparación, y solo le estaba dando ventaja y de paso una buena encamada.

Por eso, es que, sin darle rodeos en su mente comprendió que más bien, lo que le estaba robando el sueño era lo nuevo que le causaba expectación.

Esa que bajó con maestría y erotismo de una cuerda.

La misma que casi hace suya, esa que estaba tan rota que no le vio problema en acceder a ayudarle a remendarse para obtener un beneficio mutuo.

Haciendo que a la final ganase más que él.

Pero seguía siendo una dama, y tenía que admitirse que por su género siempre tendría las de perder en algunos aspectos, porque no podía extraviar más de lo que ya en un pasado cedió y no obtuvo devolución.

Aunque eso no quitaba, que tras un solo encuentro, cada que cerraba los ojos apreciara casi en tiempo real cada matiz que cubría en aquellas largas pestañas, enmarcando esa belleza sin igual que se le tornaron sus ojos tristes como surreales.

Tan llenos de gamas.

No realizó ni el mínimo amago por despejar la mente.

No tenía sentido, pues lo veía como algo positivo.

Ese pensar lo abstraía de todo lo que tenía por hacer alternamente para finiquitar con tanto, y no lo dejaba en paz un solo instante.

Aceptándose que después de todo, necesitaba una distracción para sus múltiples rompederos de cabeza y ella, aunque venia de la mano de un nuevo inconveniente, que le adicionaba curvas delirantes y un misterio fascinante, era perfecto para limpiar sus sentidos y adormecerlos.

Podía sonar como un maldito por ver la desgracia ajena como un punto a favor para la propia, pero era lo que resultaba ser.

Una diversión, que iba a tomar y después de todo serviría de ayuda.

Por algo fue puesta a su cuidado, así que la forma de utilizarle ya quedaba a su amaño.

Algo por algo.

EL CORAZÓN DE LA BESTIA (EL LOBO DE ALBEMARLE) *INADECUADOS 1Where stories live. Discover now