XL| ENTRELAZADAS

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Hola mis amores.

En Colombia es un día festivo, y por eso es que aun se vale mi palabra de publicar el fin de semana.

Lamento la demora, pero aun me estoy recuperando.

Gracias por seguir aquí, y antes de que se me olvide, esta semana no habrá actualización de ningúna de mis historia, porque voy a estar a tope con la edición de la trilogía de Luisa y Alexandre.

Pero regresaremos pronto y las actualizaciones regulares.

Espero me puedan entender.

Les ama.

Jen.

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BELLA

Al llegar a su destino podia decirse que estaba relativamente tranquila, sin tomar en cuenta que permanecería en ese estado, si no se topaba apenas ingresase a la residencia de los Duques de Beaumont con la dichosa princesita alemana hija de perra.

Es que no sabía cómo en el camino le habia regresado la pose regia altanera que la caracterizaba.

Lo único que comprendía es que Susan tenía mucho que ver, corroborándolo cuando ni bien descendió del carruaje, con la mente en una sola personita que parecía su yo de pequeña, y que le decía tía con un amor que no sabía que podia existir, consiguiendo que lo sintiera, y la cual no se apartaba de su cabeza.

Alicia era su mayor preocupación en esos momentos, estando al punto de regresar sus pasos y salir corriendo a su encuentro, pero un apretón en el hombro fue más que suficiente para regresarla a la realidad combinado con una negación de su amiga, al comprender el camino de sus pensamientos.

No podia ir a la guerra sin armas con las que luchar, era una manera de entregarse a sus deseos, y eso no libraría a su pequeña lucecita de pureza de todo lo que ella habia vivido.

La estaría entregando en bandeja de plata, y sin quererlo hasta siendo cómplice de ese asqueroso ser, que, por mas fuerte que se estuviese convirtiendo tenía que hacer caer.

Habia esperado por demasiado tiempo el momento indicado, y no pensaba echar el tiempo transitado a la basura por precipitarse a actuar en caliente, entregándosele cuando por fin habia dejado de ser su divertimiento particular, y de paso, obsequiarle uno nuevo.

Por eso, tras una breve pausa, tomando la mano de su amiga para darle un fuerte apretón, y sonreírle con la boca cerrada continuó con su camino, entregándole el gaban que ocultaba el maravilloso vestido que cubría su espectacular figura al mayordomo, para acto continuo mezclarse con el resto de los mortales influyentes que habían desistido de su idea de descansar en el campo para poder estar en primera fila apreciando a la oculta Duquesa de Beaumont, y sus vástagos, que aparte de ser mellizos, tenían poco más de diez años.

Todo un acontecimiento que hasta tenía trabajando horas extras a la dueña de la gaceta de chismes, nombrada Lady Chatty.

Pasó de todo el que quiso acercarse, solo enfocando a una persona al otro lado de la sala que se merecía todas sus atenciones, sin embargo, por mas de que quisiese y el mundo especulara de su relación para nada discreta, no podia simplemente acercarse porque perdería por completo el enfoque, aparte de que le exigiría respuestas, pues a esas alturas seguramente habia notado que no estaba bien, y no le ocultaría nada, solo tenia que primero saber que era a lo que verdaderamente se atenía, para después apropiarse como se debía de la situación.

EL CORAZÓN DE LA BESTIA (EL LOBO DE ALBEMARLE) *INADECUADOS 1Where stories live. Discover now