XII| ROCE

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BELLA

(New Hope – Estados unidos)

Nueva esperanza.

Semanas después...

Si conocerlo le ocasionó un caos existencial, convivir con su persona le resultó un desastre monumental, mayor que cualquier cosa que le hubiese ocurrido hasta el momento.

Solo hablando de lo bueno claramente, más, cuando aún la invadían los recuerdos fatalistas que la hacían despertar bañada en sudor, así que, por lo menos era un alivio que con el transcurso de los días la zozobra resultase más llevadera, asociando el avance gracias a la presencia de él...

De él lobo de Albemarle.

Declarándose con esa revelación llanamente deschavetada.

Con la cabeza fuera de su sitio.

Con las emociones enfocadas en lo que no debía ser algo que siquiera considerase.

Para esos momentos no era dueña de su cuerpo.

Sus deseos le estaban jugando una mala pasada.

El calor que se arremolinaba en la parte más sensible de su anatomía, la cual se humedecía cada que lo tenía cerca.

Y de eso yacía poco más de un mes.

Ni el clima lograba mitigar esa calidez que se expandía por su cuerpo cada que percibía su aroma.

La sola idea de imaginárselo indicándole como tenía que pararse para obtener una posición defensiva, corrigiéndola cada que lo hacía mal la ponía a hiperventilar.

Lo peor de la situación es que no lo hacía a propósito.

Se distraía admirándolo cuando aquel solo la determinaba para lo esencial.

No la había vuelto a tocar de una manera tan intima, y eso, aunque no lo dijese en voz alta era lo que le sentaba mal.

Gimió sonoramente permitiendo que su cuerpo cediera, cuando el costal con heno que tenía en frente bien sujeto a un de las columnas le ganaba la batalla.

Los nudillos le dolían.

En realidad, el cuerpo no le daba para más.

La jornada anterior Eloísa la tuvo entrenando todo el día sin alimento por su despiste cuando no atendió a sus sugerencias, para después obligarla a hacer un espectáculo en la noche que duró más de lo debido.

Como resultado las muñecas le ardían y las palmas de las manos estaban tan maltratadas, que esa noche podía jurar que tras la presentación le quedarían a carne viva.

Tenía que encontrar otra manera de llamar la atención con su cuerpo y que a su jefa le satisficiera, porque uno de esos días se ahorcaría con las cuerdas.

EL CORAZÓN DE LA BESTIA (EL LOBO DE ALBEMARLE) *INADECUADOS 1Where stories live. Discover now