De mal a peor.

9K 242 3
                                    

Desde que me echaron del trabajo todo a ido de mal a peor, según deje de tener mi trabajo tuve que dejar de estudiar y con eso comenzaron a suceder tragedia tras tragedia. Incluso lamento no haber aguantado más tiempo en ese trabajo, ¿pero que iba hacer? Tengo mis principios y ese cliente se paso hablándome de esa manera.

Que iba a ser ¿pedir ayuda a mi madre? Ni loca.

No veo a esa mujer desde que tuve el valor de irme de esa dichosa casa y no pienso volver jamás.
Y por eso estoy así, sola, sin saber donde ir, viviendo del dinero que he sacado vendiendo alguna de las pocas cosas que podía decir que eran mías, mi ordenador y poco más, me he quedado con lo necesario.
Pero todo por seguir intentando ser fuerte y no depender de nadie.

-Puedes venir conmigo Elizabeth- me decía mi hermano por el teléfono.

Stefan esta preocupado por mi y no sabe ni la mitad de lo que sucede, pero no quiero preocuparlo.
Quiero salir adelante por mi misma.

-No pienso ir a casa de esa loca, da igual.- escucho suspirar a Stefan.

-Al menos dejame invitarte a comer hoy, así te doy las indicaciones del trabajo.

-Vale.

-Nos vemos, en el restaurante de siempre a las 2.

-Vale Stefan, luego nos vemos. Y no le digas a tu madre que has hablado conmigo.

Me alegro que mi hermano me haya conseguido este trabajo, ya no podía estar en mi piso porque no lo había pagado así que si, agradecía mucho el que mi hermano me este salvando el culo sin siquiera saberlo.

-Hola Eli- saluda mi hermano al verme

-Hola.- intento hacer como si todo fuera bien.

-Eli, dime porque necesitas este trabajo, es decir de criada?

-Como si fuera para otra cosa, necesitó el trabajo Stefan, tu solo dame los datos y ya.- el camarero se acerca y pedimos nuestros platos.

-Y ya ni siquiera estas estudiando- va a empezar con su charla- eres una cabezota puedes ir con mamá, yo no puedo cuidar de ti desde New York.

-No necesitó que lo hagas, me puedo cuidar sola, llevo haciéndolo desde hace mucho.- él frunce el ceño.

-Ven conmigo a New York.-

-Stefan que no- me niego- tu tienes tu trabajo y yo no voy a molestarte.

-Elizabeth, es que no me convence ese trabajo.

-Pero si tu conoces a ese hombre, venga dame los datos y ya.

Nuestra comida no fue para nada buena. Estuvimos discutiendo de mi futuro, de que solo tengo 21 años y no me doy cuenta de las tonterías que hago y más gilipolleces... Si el supiera que no he dejado de estudiar porque yo haya querido, sino porque no puedo permitírmelo.
Y si, podría pedirle ayuda pero el esta intentando hacerse un nombre y no necesita dinero, no que aparezca yo a quitárselo.

A las 5 debo de ir a la prueba.
La mansión es enorme, sone el timbre esperando muy nerviosa.

-Viene a por el trabajo?- pregunta una voz de mujer.

-Si- digo aclarandome la garganta y abren la puerta.

Atravieso el patio hasta llegar a la puerta, estoy tan nerviosa que me sudan las manos.

-Es la señorita O'brian?- pregunta una señora mayor.

-Si, encantada- extiendo la mano y ella niega.

-Primero que nada, no se toca. -yo asiento avergonzada- No debe de hablar, nunca. Usted esta aquí para servir al señor, no le hable, ni siquiera lo mire. Debe de ser invisible, esta aquí para hacer mejor su vida no para estorbar- yo asiento.- Muy bien empieza ahora mismo, sigame le enseñaré su habitación.

Sigo a la señora Hands hasta "mi habitación"

-Pongase su uniforme, y vaya a la cocina a las 7;30.- dice la señora Hands antes de cerrar la puerta.

A sido demasiado fácil.

Bien por lo menos tengo un techo donde poder estar, al menos ya puedo respirar mejor.
La habitación esta muy bien para ser para una simple criada, no se toca, no se habla, solo le falto decir a la señora Hands que no respire para no molestar al dueño de la casa pero bueno.
Por fin tengo un trabajo algo es algo, esto me quita la angustia de quedarme en la calle.
Y pagan bien.
Necesito convercerme de que he echo bien.
Venir a vivir a casa de un extraño, aunque bueno es por trabajo.
Aunque por lo que me dijo la señora Hands es uno de estos ricachones egocéntricos, no se habla, no se mira... Ni que le fuera a pegar algo.
Pero bueno Elizabeth no puedes quejarte.
No puedo, realmente necesito este trabajo por ahora.

Mi inusual Jefe. #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora