Una nueva ciudad

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La verdad es que ser amiga de la hija del jefe es un chollo.
El señor Klarc nos ha dado una semana libre para poder acomodarnos en New York, algo de lo cual estamos muy agradecidas.

Ian quiso ir a "despedirse de mi" pero me negué.

De verdad que quiero que podamos ser amigos, pero aún es muy pronto se perfectamente que a pesar de todo le quiero.

El piso es un dúplex osea que es un apartamento con dos pisos, cosas de niños ricos. Ah, además esta a unas calles del edificio de la empresa lo que nos viene perfecto porque New York es una ciudad en la que no me gusta conducir. Demasiado trafico. Tiene cuatro habitaciones, yo pongo mi ropa en el armario en poco tiempo porque tampoco tengo la gran cosa, cuando término voy a la sala y pongo música, tengo que arreglar esto mientras Lía todavía esta arreglando su habitación, la musica esta alta yo bailo y canto como una loca y cuando me doy la vuelta me quedo de piedra al ver a Ian apoyado en la puerta.
Me hace Hola con la mano y yo intento encontrar algún sentido a esto.

¿Enserio? No ha podido esperar a venir ni un día.

-Hermanito!- grita Lía y lo abraza.

-Al menos alguien me recibe bien- dice con una de sus sonrisas mientras yo voy apagar la musica.

-Hola.- le digo y me voy a la cocina.

-Te he echado de menos- dice y veo como Lía da la vuelta cuando escucha eso, creo que a preferido dejarnos solos.

-Yo también- no le miento, y veo como sus ojos se iluminan.- Es irónico pero aunque llevo durmiendo sola desde siempre, no me acostumbro a ello.

-No puedes hacerme esto.- Ian se acerca a mi y yo me ordeno ser fuerte o por lo menos parecerlo.

-El que?- no se a que se refiere.

-A venir a mi vida, a ponerla patas arriba Elizabeth, primero haces que te despida porque no cumples con las normas, después desapareces y haces que cuide de ti, y cuando creo que puedo respirar mejor porque eres mía, decides irte a otra ciudad y dejarme a mi solo en un mundo en donde ya no veo el sentido, no sin ti.- intento asimilar toda la información.

-Ian no creo que debas decir esas cosas siendo amigos.- creo que son las palabras correctas.

-Tu eres más que mi amiga- se acerca más a mi, no puedo no fijarme en sus labios...

Y no sirve de nada el haber pensado que podría ser fuerte, me besa y yo no me opongo a ello. Nuestros labios se conocen tan bien que da miedo, siento como nuestras lenguas chocan y vivo el momento, lo he echado mucho de menos.
Es un idiota, lose. Pero lo quiero, y quiero sus besos.
Pero no puedo continuar cuando Layla aparece en mi mente.

-No... No puedo.- digo y me marcho.

Parezco una niña de doce años encerrada en mi habitación pero me da igual.

-Eli- Lía pasa con cuidado- estas bien? Siento mucho si....

-No pasa nada- no la dejo continuar.

-Ian... Estará una semana en New York y quiere saber si se puede quedar aquí?- me pregunta nerviosa.

-Claro, es tu casa.

-Nuestra casa.- corrige- la pagamos a medias. Entonces te da igual?

-Claro.- miento, no puedo hacer que Lía no acoja a su hermano por el simple echo de que el y yo hayamos tenido una historia.

Tener a Ian bajo el mismo techo no me traerá cosas buenas...

Decido escapar un rato de casa, tengo que apuntarme a un gimnasio y ni siquiera tengo ropa de deporte.

Mi inusual Jefe. #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora