Una buena noche.

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Narración de Elizabeth.

Cuando me despierto cojo un papel y busco uno de los bolígrafos que siempre lleva encima Ian para dejarle una nota.

He ido a desayunar con Stefan (mi hermano, específico por si acaso) al restaurante del hotel. Luego nos vemos.
Elizabeth.

Decido dejarle la nota pegada en mi almohada, Stefan sabe que estoy en New York y a insistido en verme desde que puse un pie fuera del avión. Aunque  la verdad es que yo también quiero verlo, es el único que quiero de mi "familia"
Cuando veo a Stefan se me hace raro que frente a él haya otra persona, aunque no puedo verle la cara.

-Eli- dice mi hermano con una sonrisa nada más verme.

-Ho... Tom- creo que me puse pálida nada mas verlo.

Lo observo bien, esta igual que cuando lo suelo ver de pasada por Seattle aunque ahora mismo lleva puesto un elegante traje, pero siempre con su oscuro cabello rebelde.

-Elizabeth- dice abrazándome y yo estoy quieta como una piedra, no se que hacer- Cuanto tiempo.

-Si. No tanto como crees.- digo y Stefan me observa- Hola hermanito- le doy un fuerte abrazo.

-Sientate- me dice Stefan señalando la silla vacía a su lado- Tom a venido a pasar unos días aquí, y como no te veía hace años me pareció buena idea traerlo.

-Claro- intento poner la mejor de mis sonrisas sin poder conseguirlo del todo.

-Te encuentras bien?- me pregunta mi hermano y yo asiento.

-Stefan me contó que has dejado de estudiar.- me dice Tom con semblante serio, como si estuviera preocupado por mi.

Y tengo que decir que a una parte de mi eso le molesta. ¿A Él que le importa?

-Eh. Si, tuve que dejarlo- le respondo y justo llega el camarero a pedirnos nota. Una vez con nuestro desayuno el sigue hablando.

-Y que tienes un buen trabajo.- lo observo algo enfadada para ver si así decide acabar con ese tema.

-Si, por suerte trabajo ahora para Ian Klarc, su empresa de publicidad es muy conocida, y no puedo quejarme por lo que gano- respondo.

-Me alegra oírte decir eso Eli- dice Stefan- me tenias preocupado.

-No tienes porque, se cuidarme sola.- digo encogiéndome de hombros, llevo cuidando de mi desde que tengo 18.

-Lose, lose... Solo me preocupo porque soy tu hermano mayor y...- lo interrumpe su teléfono- debo de contestar.

-Y porque estas aquí?- me pregunta Tom.

-Trabajo.- no le interesa, ni siquiera quiero hablar con él.

-Lo siento debo irme, a surgido algo en el trabajo- dice mi hermano al volver a la mesa y me falta respiración. Como que tiene que irse? Creo que me va a dar algo.

-No pasa nada, yo acompañó al desayuno a Eli- contesta Tom y yo lo observo no quiero estar sola con él. Mi hermano se despide y nos quedamos solos.- Así que trabajas para el cretino de Klarc?

-No es un cretino.- lo defiendo.

-No es que se lo conozca por ser el mejor jefe.- lo observo, sigue siendo el mismo Tom pero ahora con un poco más de edad, pero siempre con sus aires de superioridad.

-A ti que más te da.- digo de mala gana.

-Me importa porque tu me importas Elizabeth- dice y pone la mano sobre la mía.

-Tom...- intento sacarla pero él me agarra la mano fuerte.

-Porque te marchaste sin decirme nada?- me mira a los ojos y yo no puedo mantenerle la mirada.

-Enserio me lo estas preguntando Tom.- alzo un poco la voz pero al darme cuenta intento volver a estar tranquila.

-Si.- dice perdido.

-Por ti joder, por ti. Por la zorra de mi madre... Porque no podía estar más en esa casa, no podía estar más contigo.

-Elizabeth, yo te quiero.- me dice y no le creo es Tom. Tom solo quiere que sea de su propiedad.

-Este no es lugar para hablar de nada Tom.- digo un intento de dejar el tema aquí.

-Entonces vamos a otro sitio más privado Eli.- veo la esperanza en sus ojos, aun tiene su mano sobre la mía.

-Ni loca Tom, no quiero saber nada de ti.- se lo dejo claro.

-Te he visto por Seattle.-

-Que?

-Y he respetado tu espacio, cuando veía que me observabas tenía la esperanza de que te acercarías pero nunca lo hicistes.- muerdo mis labios y lo observo, esta más guapo.

-Lo nuestro ya paso.

-Elizabeth, yo todavía te quiero.

-Para- le ordeno- tal vez eso bastaba cuando era más pequeña, para hacerme creer que no estabas haciendo nada malo. Pero ya no soy una niña.

-No hicimos nada malo, tu lo querías tanto como yo. Lo se por como gemias cada vez que te la metía, y tanto tu como yo sabemos que te iba ese royo que te cogiera fuerte, como ahora. O que te metiera mano con gente a lado- dice poniendo su mano en mi muslo y lo va subiendo poco a poco- como ahora.

-Elizabeth.- dice Ian apareciendo de no se donde haciendo que Tom sacara su mano de inmediato.- Hola soy Ian Klarc, tu debes de ser el hermano de Elizabeth- dice mostrando su mano.

Y yo lo miro extrañada, es que Ian no conoce a stefan en persona?

-Encantado- veo como se estrechan la mano.- Pero no soy su hermano, no de sangre por lo menos- mierda.

-Ian, este es Tom. Stefan tuvo que marcharse.-

-Tom.- es lo único que dice Ian.

Genial el día promete.

-Que malo quería conocer al famoso Stefan.- intenta ser amable

-Si, nuestro medio hermano tuvo que marcharse por trabajo.- le informa Tom.

-Medio hermano?

-Tom es hijo del marido de Grace...

-Tu madre- me interrumpe Tom y yo lo observo con la peor cara posible.

-Tiene gracia yo la llamaría con cualquier otra palabra.

Tom me observa algo enfadado, siempre defendiendo a Grace.

-En fin, que somos una especie de hermanastros pero no compartimos sangre ni nada.- doy toda la información posible.

-Bueno nada...- yo miro enseguida a Tom.

-Oh, tenemos que irnos ya. Ian y yo tenemos trabajo.- le doy una mirada cómplice.

-Si, encantado.- le estrecha la mano y nos marchamos.

Ian y yo estamos en silencio en el ascensor.

-Que casualidad que tu hermano y tu ex se llamen iguales.- intenta iniciar conversación.

-No es mi hermano.- corrijo enseguida e intento calmarme de toda lo que acabo de vivir.

-Debía de ser gracioso- pasa de mis palabras- es decir, cuando estabas con tu novio y con él y llamabas a alguno no sabrían a cual.

-Supongo...

-Como supones? Nunca estuvieron en el mismo lugar juntos?

- Ian podemos dejar de hablar de ello.

-Elizabeth que pasa?- me observa fijamente, Ian se acerca a mi cauteloso sin apartar su mirada en ningún momento.

-lo siento mucho de verdad.- respiro hondo, para no temblar tanto, no puedo con esto, no puedo.

-Elizabeth... Me estas preocupando.

-Solo no me juzgues.- le suplicó.

-nunca haría eso Elizabeth, yo no soy quien para hacerlo.- me acaricia el rostro y me da un beso en la frente.

Mi inusual Jefe. #Wattys2016Where stories live. Discover now