Lía

3K 174 2
                                    

Narración de Elizabeth.

-Te va a encantar el Spa- dice Lía dando saltitos y prácticamente arrastrándome de un lado para otro.

-Si, supongo...- me encojo de hombros.

-Que ha pasado ya?- pregunta

-Tu hermano en general.- digo y ella ríe.

-Le gustas.- hunde su dedo índice en mi mejilla y me rio, Lía parece una niña pequeña.

-Claro que no.

-Si, sino porque iba a tenerte en su casa?-

-Porque le doy pena.- y es cierto esta idea no se a ido de mi mente desde que me trajo del hospital.

-Eli- dice abrazandome- claro que no le das pena, creeme mi hermano no tiene pena por nadie, no desde hace mucho... Creo que este spa te vendrá muy muy bien.

De camino al spa Lía me puso al día con respecto a su vida, y me parece increíble que tengamos casi la misma edad, ambas tenemos veintiún años, bueno yo dentro de poco, pero ella a viajado, tenido novios, novios buenos, y una muy buena relación con su familia. A experimentado cosas que yo ni siquiera he pensado.
Que es todo lo opuesto a mi.
A tenido tantos novios.
Conocido tantos lugares diferentes e ido mucho de fiesta.
Yo solo me desmelene un poco en la universidad gracias a Dan.
Cuando me pregunto sobre mi vida intente irme un poco por las ramas no quiero que ella también sienta pena por mi, con su hermano me basta y me sobra.

-Creeme estoy aterrada, si no soy buena tu hermano me echara.

-Creo que aunque seas la peor secretaria del mundo, él no podría hacerlo- río por su comentario, quisiera que fuera cierto.

-No se porque piensas eso.- digo rodando los ojos.

-Todo el mundo, salvo tu por lo que veo. sabemos que le encantas a mi hermano, todos nos damos cuenta de eso. Solo hay que verle la cara que pone cuando te ve.- Lía dice como si fuera obvio y yo suspiro resignada.

-Tu hermano me desconcierta tanto que nunca se que piensa o que siente, es muy frustrante.- confieso.

-No te preocupes por eso, con el tiempo eso cambiara. Ahora esta así porque bueno recién se están conociendo, supongo.

Ahora entiendo porque Lía adora tanto el spa, y es que los masajes que dan son increíbles son nose tan relajantes, no sabia que me gustaran tanto los masajes, una parte de mi no quería porque no me gusta que la gente me toque más en esas situaciones cuando estas desnuda y solo te cubre una toalla, me dio algo.... De vergüenza cuando vi a nuestros masajistas los dos eran chicos y muy guapos. De que vida los masajistas son rubios, cachas y con toda la pinta de ser modelos?? Yo es que me indinge, por unos segundos... Pero me indigne. Reí cuando me dijo que estaba muy tensa, creeme que si te quedaras sin trabajo, en la calle, sin dinero, ni estudios, sin amigos, ni saber donde ir y que te pase un coche por encima creo que también estuvieras algo tenso.

-No sabes nada del loco que te atropello?- me pregunta Lía.

-No, nadie vio la matricula así que es como un caso perdido.

-Debería de haber consecuencias, no puede ir por hay conduciendo como un loco- veo que Lía se enfada y veo que aunque me parece raro, que le importo.- Bueno, debemos irnos ya.

Después del relajante spa nos fuimos a un centro comercial, primero fuimos a comer. Y una vez que ya acabamos nos pusimos de camino a comprar mi nuevo fondo de armario.

-Ian me a dicho que creías que iba a pensar mal de ti.- suelta Lía.

-Esto... Si. Es que... Como no lo vas a pensar, no soy nada para él, apenas nos conocemos, vivo en su casa, seré su nueva secretaria y para variar viene y me deja su tarjeta y dice ala ve a comprarte ropa con mi hermana, ni siquiera me lo dice, me lo deja escrito en un papel como si fuera una orden.- digo frustrada.

-Mira Elizabeth, no te conozco, pero nos estamos conociendo por dios hemos estado en el Spa y no creo que quieras aprovecharte de mi hermano, no lo parece, estas frustrada porque te a dejado su tarjeta en ves de estar saltando de felicidad, creo que eso demuestra mucho. Además me dijo que le dijiste que se lo devolverías- yo asiento- eso no lo diría alguien que quiera aprovecharse de el. Y ahora vamos a pararlo bien comprando.

Y tras unas miles y miles de prendas, por fin nos íbamos a casa. E estado horas probandome ropa y al final he comprado, 5 faldas, 3 pantalones de vestir, unas 7 americanas y como 14 blusas para el trabajo. Así y tres vestidos Lía se a empeñado mucho. Además que también se unió a la compra y se lleva el doble que llevó yo.
Cuando es de afanarse la mujer se afana.
Además también me obligo a comprar maquillaje, un par de pintalabios, rimmel, lápiz de ojo, lo básico y dos bolsos para ir al trabajo. Donde podía guardar mi portátil, ni de coña iba a decir que lo vendi para poder comer.

Llegue a casa y al abrir mi habitación y dejar las bolsas en el suelo, me tire, literalmente al suelo. Escuchó unas carcajadas y de repente tengo a Ian a mi lado.

-Veo que te lo has pasado bien.

-Me duele todo- me quejó.

-Pues ve a la cama- y lo hago, tengo tanta pereza que me voy arrastrando hacia la cama- que haces?- escucho sus grandes carcajadas

-No tengo fuerzas, no te burles- le digo a Ian y él viene y me levanta en brazos y me deja en la cama.-Gracias

Veo que se quiere marchar...

-Ian, te quedas a dormir aquí.- estoy nerviosa, seguramente me diga que no.

Mi proposición lo toma por sorpresa-Emmm... Claro.- se rasca la cabeza.

Me gusta dormir con él, odio dormir sola porque últimamente las pesadillas han vuelto.
Pero me gusta dormir con él, no siento la cama tan grande.
Y que haya aceptado dormir conmigo aunque parezca ridículo para mi es algo importante.

Narración de Ian.

-Ian, te quedas a dormir aquí.- me toma por sorpresa por su proposición, pero acepto.

La verdad es que cuando ayer me dijo que la dejara sola porque quería dormir me sentó muy mal.

Suena a loco pero me encanta verla dormir.

-Que tal te lo pasaste con Lía?- le pregunto

-Bien, ahora entiendo porque le gusta tanto el spa.- le observo, veo un brillo en sus ojos.

-Me alegro.

-Si, además los chicos que hacen los masajes son muy guapos- Elizabeth se muerde el labio para no reír.

-No hace gracia.- digo serio.

-No es broma- me saca la lengua- aunque no más guapos que tú.

La observo fijamente, esta roja como un tomate.
Le acaricio el rostro y la a traigo hacia mi para besarla.

-Creo que me has embrujado.- digo antes de apagar la luz.

-Ian- susurra Elizabeth- estas dormido?

Elizabeth espera mi respuesta.

-Si.- me giro a su dirección aunque estamos a oscuras- ¿no puedes dormir?

-No, estoy algo nerviosa.- susurra.

-Porque? - ahora estoy algo más atento.

-Por el trabajo. ¿Y si no lo hago bien?

-Lo vas hacer de maravilla- intento darle ánimos- confió en ti.

Nos quedamos en silencio un rato, creo que se ha dormido.

-Gracias.- responde y se acerca a mi Y la rodeo con mi brazo. Me da un corto beso.- gracias.

Mi inusual Jefe. #Wattys2016Where stories live. Discover now