capítulo 26.

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Dos semanas desde que Kashi despertó habían pasado y en ese tiempo los tres niños habían ido a sesiones de terapia para que las secuelas del trauma no fueran tan grandes para sobrellevarlas, el peliplata menor no se había separado de Kushina en ningún momento, era algo que ninguno se atrevía a hablar sin consentimiento de Tsunade o del mismo Kashi pero sabían que no importa el tiempo que pasase, el chico jamás olvidaría.

- Kash... ¿Quieres un poco de dango? - Obito asomó la cabeza por la puerta de la habitación con un plato lleno de dangos, habían tenido progreso en la interacción con su novio, ya que como bien Kakashi-san había dicho, el chico no dejaba que alguien además de Kushina, Tsunade se le acercara. Quería ayudar pero no sabía como, así que de ves en cuando le ofrecía dangos en un rango adecuado para que el peliplata no se asustara, al principio solo negaba y se iba a sentar en un rincon de la habitación pero ahora poco a poco le va aceptando aunque sea un dango. No quiere presionarlo ni mucho menos, ama a Kakashi como nunca ha amado a alguien y verlo así le parte el corazón y quiere hacer todo lo posible para que este bien.

- Puedes ponerlo sobre la mesita - aún se encontraba en el hospital por ser el que mas daño sufrió, le ha traido unos libros y cosas que le gustan para que se sienta cómodo mientras esta solo en las noches. ¡Le sonrió! Era la primera vez en esas dos semanas que le dirigía un gesto, su corazón dio un vuelco, él estaría para Kashi toda la vida apoyandolo.

- Bien ¡Si necesitas algo más no dudes en llamarme o a Tsunade-sama o Kushina-san o.. o Rin! ¡o cualquiera! - Kakashi estaba leyendo recostado en la cama mientras lo veía poner los dulces sobre la mesa, sus miradas se conectaron un segundo antes de que el Hatake le diera las gracias y él se marchara.

Kakashi apreciaba el gesto de Obito, es tierno que siempre este al pendiente de él incluso cuando no puede. Le encantaría poder pasar más tiempo con él pero el simple hecho de que alguien lo toque por mucho tiempo es incomodo y el sentimiento de asfixia lo invade de sobremanera, se siente observado todo el tiempo incluso cuando esta solo, no puede ni siquiera cambiarse de camisa sin sentir escalofríos en la espalda. Le da asco incluso verse al espejo porque cada vez que lo hace puede sentir las manos asquerosas del tipo ese sobre su cuerpo, entonces voltea para otro lado y decide concentrarse en otra cosa para olvidar cada una de esas sensaciones, lo que funciona por un tiempo. No tiene nada contra las personas, simplemente ya no le gusta el contacto físico.

Suspira poniéndose de pie para ir al baño y lavarse las manos para comer los dangos que Obito dejó para él, tal vez debería dormir después de comerlos.

...

- ¿Estás seguro de que podremos irnos ya de aquí?

- Si, en unos días estara todo listo para que regresen a sus hogares - Minato les habló con una sonrisa brillante.

- Eso es fantástico, pero ¿Y los chicos? - Con un suspiro miró Kakashi a los otros adultos, no quería dejar a los niños solos pero tambien quería regresar a su casa.

- Estaran bien KaKashi, estan en buenas manos aquí - La voz suave del Uchiha le brindo un poco de calma, aunque no era suficiente, el instinto paterno que desarrolló durante años con su equipo se estaba manifestando con los chicos. Miró a través del gran ventanal de la torre, estaba atardeciendo y el cielo tenía una mezcla de colores extravagantes muy bonitos, morado, rosado y dorado iluminaban las calles de Konoha.  Obito le habló de nuevo para que fueran a la casa donde se hospedaban.

- ¿Qué crees que pase? - El pelinegro miró un punto fijo en el suelo, habían comprado algo de comer y ahora se encontraban en el comedor de la casa. Kakashi volteó a verlo con curiosidad fingida, preguntándole a lo que se refería.  - ¿Crees que volveremos juntos o cada quién se irá por su camino?

Era un temor que le habia nacido desde que Minato les dijo que podían volver a sus hogares, ambos estaban juntos, no como pareja, pero se habían entendido después de intimar. - No lo sé.. - la suave voz del peliplata sonó por todo el comedor, ambos sabían que era imposible algo como eso.

La hora de comer acabó ahí y ambos fueron a dormir.

...

Los chicos estaban juntos cuando llegaron al hospital, Kashi estaba un poco alejado, pero ya no se alejaba cuando entraban a la habitación, eso les alegraba en demasía.

- Hey! - Obito les saludo alegre como siempre.

- Mocoso - Obito-san le devolvió el saludo, recibiendo protestas del otro.

- Me alegro que esten aquí, Minato me comento lo que hablaron ayer. Realmente me pone muy feliz que puedan volver ya.. - Con un fuerte abrazo, la Uzumaki les sonrió tan brillantemente que los otros dos hombres no pudieron evitar sonreir también.

- ¿Cómo así? - El pequeño Uchiha  se les acercó con una expresión entre sorprendido y triste, llamando la atención de sus compañeros. - ¿Se irán?

- Mocoso metiche

- ¡Oye!

- ¿Realmente se irán? ¿Ya? - Rin también se acercó sintiendo el corazón en las manos. Kashi detras de ella.

- maa maa, no se pongan tristes por nosotros, tienen que ser ninjas f-fuertes - los ojos se le aguadaron a mitad del discurso y se le quebró la voz.

- Pero eres tú él que parece que llorará...

- Cierra la boca anciano

- ¡Tenemos la misma edad! - la vena sobresaltada en su frente se desinfló y miró a los chicos. - Pero tiene razón, no se preocupen por nosotros, estaremos bien, ya lo veran.  No por nada somos Hokages - dientes blancos se asomaron al sonreir y darles felicidad a los más pequeños.

- Entonces los despediremos como se merecen, ¡A lo grande!

- ¡ Si!

- ¿Cómo que Hokages...? - Todos se dieron una palmada en la frente, menos Obito, que fue quien preguntó.

Viaje al pasado [ObiKaka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora