El princesa Andrómeda

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Estaba contemplando las olas, antes que todo, usando la supervelocidad me trasladé al árbol de Thalia, dejándole un mensaje donde contaba a donde me iba y no se preocupara, regresé justo a tiempo cuando Annabeth y Tyson me encontraron por fin.....sin embargo, el tiempo se detuvo, el único que se podía mover era yo, al principio pensé que Kronos estaba actuando, pero descarté ese pensamiento cuando oí la voz de mi madre

Caos: Percy

Percy: ¿Mamá? ¿Qué ocurre, necesitas algo?

Caos: Necesito que salves a 2 personas, las cuales encontrarás durante el viaje, confío en que hayas visto el futuro

Percy: Así es, ¿quienes serían estas 2 personas?

Caos: Son 2 chicas de la isla de Circe, se llaman Hylla y Reyna Ramírez Arellano

Percy: Entendido madre, no te defraudaré

Caos: Nunca lo has hecho hijo mío, siempre haces que esté orgullosa de tí -terminando el tiempo reanudó su curso

Annabeth: ¿Qué ocurre? ¡te he oído pidiendo socorro!

Tyson: ¡Y yo! gritabas "¡nos atacan cosas malas!"

Percy: Yo no les llamé chicos, estoy bien, tranquilos

Annabeth: Pero entonces, ¿quién...? -Annabeth se fijó en los tres petates amarillos y luego en el termo y el bote de vitaminas que tenía en la mano -¿y esto? -les conté mi conversación con Hermes, para cuando terminé, ya empezaba a oírse un chillido a lo lejos, era la patrulla de arpías, que habían olfateado nuestro rastro -Percy debemos de emprender esta misión

Tyson: Yo quiero ir

Annabeth:  ¡No! -la voz de Annabeth rozaba el pánico -quiero decir... vamos Percy, tú sabes que no puede ser -y otra vez con su paranoia y su prejuicio hacia mi hermano, solo tenía que ser paciente, tarde o temprano se ganaría la confianza de Annabeth

Percy: Annie, no voy a dejarlo aquí, está en peligro con Tántalo, obligará a todos los campistas a cazarlo, conmigo eso no iba a suceder, pero en mi ausencia puede que lo maten

Annabeth: Percy -dijo tratando de mantener la calma -¡vamos a la isla de Polifemo! y Polifemo es un "ese".... "i"...."ce"... digo, un "ce"...."i"...."ce"... -pateó el suelo con frustración, por muy inteligente que fuera, también ella era disléxica y tenía accesos agudos -bueno, ya sabes a qué me refiero

Percy: Tyson puede venir si quiere

Tyson: ¡Si quiero! -Annabeth me echó una mirada fulminante, pero al final solo suspiró y miró al suelo, me acerqué a ella y la abracé con todo el amor que podía reunir

Percy: Annie, mi bella lechuza, te prometo, que mientras yo respire, no sufrirás, nada te hará daño, tienes que confiar en mí, Tyson es de confianza, lo he vigilado por más de un mes, es joven e inocente -Annabeth me abrazó y hundió su cabeza en mi pecho

Annabeth: Está bien ¿cómo vamos a subir a ese barco?

Percy: Déjamelo a mí -me separé de Annabeth y metí una mano en el agua, un pulso invisible para los ojos de Annabeth y Tyson se extendió por el mar, al principio no ocurría nada, las arpías se acercaban cada vez más y más, Annabeth iba a reprenderme hasta que, a unos cien metros mar adentro, surgieron tres líneas blancas en la superficie, se movían muy deprisa hacia la orilla, como las tres uñas de una garra rasgando el océano, al acercarse más, el oleaje se abrió y la cabeza de tres caballos blancos surgió entre la espuma

Tyson: ¡Ponis pez!

Annabeth:  ¡Hipocampos! son preciosos -el que estaba más cerca relinchó agradecido y rozó a Annabeth con el hocico

Percy Jackson Campeón de Caos (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora