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𝓔 | ESME STANFORD
—¿Entonces cómo lo harás para navidad? —pregunté, observando cómo Jade doblaba la ropa que estaba encima de mi cama, a una velocidad que hasta a mí me impresionó.
—Estaré con mis papás, claro —soltó una pequeña risa, frunciendo el ceño hacia una de mis camisetas y dirigiendo su mirada a mí— ¿Esta es mía?
Incliné mi cabeza a un lado, mirando hacia la prenda. Sonreí al darme cuenta de que efectivamente, era una de las camisetas que ella me había prestado para dormir alguna de las veces que iba a su dormitorio cuando aún estábamos en Hogwarts.
—Creo que sí, ¿la quieres de vuelta? —alcé una ceja, llevando mis rodillas a mi pecho, aún con una expresión divertida en mi rostro.
—Tiene mostaza, y creo que ni siquiera te gusta, ¿cómo es eso posible? —bufó, doblándola de todos modos— Te la regalo, no quiero tus trapos sucios.
Me encogí de hombros, acomodando una de mis almohadas detrás de mi cabeza para poder recostarme. Jade había llegado por la mañana a mi casa, pues la había invitado a almorzar junto a Albus. Estábamos esperándolo, y mientras intentábamos pasar el tiempo más rápido repentinamente decidió que quería ordenar toda la ropa que guardaba en mi clóset — según ella, le servía para relajarse un poco.
Era la primera vez que escuchaba a alguien decir que disfrutaba de hacer estas cosas; tenía suerte de saber el hechizo necesario para hacerlo sin demorarme demasiado.
—Charlotte me invitó a pasar año nuevo con su familia, así que supongo que veré a Albus allí —hizo una pequeña mueca— Y a Rose. ¿Crees que querrá matarme?
—Supongo que ahora que está comprometida habrá cambiado, la verdad no lo sé —suspiré al recordar a la pelirroja—. Conoció a un chico en Dinamarca, que estudia leyes mágicas al igual que ella, o al menos es lo que Albus me dijo.
—Oh, bueno —murmuró, agachándose rápidamente a recoger unos pantalones del suelo— ¿Pasarás navidad con tu familia?
—Sí, es la principal razón por la que vine, siendo honesta —expliqué, aún mirando a mi techo—, año nuevo da lo mismo para nosotros, lo que importa es pasar nochebuena aquí.
—¿Y año nuevo? —la sentí mirarme.
—Estoy invitada a una fiesta, pero no estoy muy segura de dónde es —aclaré un poco mi voz— Supongo que Draco me dirá, queda una semana aún.
Hubo un silencio en la habitación, antes de que mi amiga soltara una risa enorme que resonó en todo el lugar.
—¡No jodas! —exclamó, ahora lanzando la prenda hacia mí directo a mi rostro. Me senté nuevamente en la cama, con una mueca de dolor plasmada en mi cara al sentir el botón del pantalón golpear directamente mi ojo.
