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49. Los años y las enseñanzas

Louis PDV

Seguir adelante jamás había sido sencillo y Louis sabía muy bien sobre ello.

Le había tomado mucho tiempo el sentirse una persona normal, el reconstruirse, el aprender a amarse y sobre todo a perdonarse. Pero también le había tomado tiempo el aprender que lo que había sucedido no había sido a causa suya, que los errores de otras personas no eran sus errores y no debía responder ante ellos.

Fue un proceso largo, lleno de lágrimas, noches sin dormir, miedos y errores, pero lo había superado. Se había reconstruido y eso le hacía inmensamente feliz.

Había sanado, no solo por él si no también por su familia. Había sanado y en el proceso se había encontrado a sí mismo y al amor.

Conocer a Chris fue todo un proceso y una aventura y claramente le había tomado muchísimo tiempo el ser honesto con si mismo y reconocer que sentía algo por el actor. Pero había valido tanto la pena, había sido espectacular coincidir con alguien como él en esta vida, quien le enseñó lo que era ser amado sin restricciones, lo que era ser apoyado y escuchado. Se sentía tan bien tener a alguien en su vida que fuese un apoyo y no un retractor.

Louis había caído por Chris mucho antes de que lo imaginó y la verdad es que no estaba seguro si podría haber sido de otra manera. Se había enamorado de ese alto chico de ojos azules y cabello rubio, cuyos enormes brazos eran el mejor refugio luego de un largo día y esos labios tan tentadores eran los causentes de los mejores besos en los labios y en la frente.

Enamorarse, conocerse, apoyarse, ser un equipo, todo había sido demasiado maravilloso. Comprometerse, casarse y formar una familia, con los hijos de Louis, con los hijos de Chris y sus mascotas había sido más que una maravilla.

No, no todo era miel sobre hojuelas, ellos tenían problemas, discusiones y desacuerdos, como cada pareja normal. Pero tenían un acuerdo de no ir a la cama enojados, tenían que hablar de lo que sucedía y se daban tiempo a solas para pensar, calmarse y reflexionar. Jamás dejaban un desacuerdo sin hablar y eso hacía que todo fuese mejor. Tenían tiempo a solas como pareja, tenían tiempo en familia, tenían tiempo a solas como personas independientes y autodidactas y eso, dios, eso era maravilloso, porque habían logrado un balance entre su vida personal, familiar, romántica y profesional.

Como pareja habían decidido que estaban lo suficientemente adultos, ocupados y felices como para tener más hijos. Louis tenía tres preciosos hijos, Chris tenía tres maravillosos niños que pasaban la mitad del tiempo con ellos. Juntos eran una familia completa y no necesitaban comenzar de nuevo con pañales y biberones. Pero habían decidido que podrían integrar a un nuevo miembro perruno a sus vidas y eso sería todo.

Ambos eran muy adultos, con tiempo limitado, muchos proyectos de trabajo y sus hijos eran adultos, así que no querían volver a iniciar.

Louis solía tomarse unos momentos para sí mismo cuando llegaba a casa, podía ser antes o después de la cena, esos momentos le ayudaban a pensar y apreciar lo que tenía. También pensaba en sus hijos, en lo grandes y autonomos que eran. Habían pasado años desde todo el drama que les había envuelto, sus hijos habían sanado, se habían recuperado y habían forjado su vida a base de decisiones y errores. Kyler había entrado a la universidad hace dos años, seguía de novio con Lyn y vivían juntos en un apartamento cerca de su campus. Su niño estaba estudiando leyes y le encantaba, además trabajaba medio tiempo así que se mantenía ocupado. Saige, su preciosa niña estaba estudiando modas y estética, era maravillosa, le encantaba y tenía muchísimo talento. Cayden había finalmente llegado a high school y eran un jovencito soñador, empático y guapo. Tenía una vida social bastante activa al igual que una vida deportiva muy energíca y continua.