🌊Dormida🌊

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La noche había caída y en la residencia de los Tomioka un joven de 15 años caminaba cuidadosamente hacia la puerta de su hermana mayor.

Movió lentamente el pomo en sentido de las manecillas del reloj procurando hacer el menor ruido posible.

- Ne-San? - Llamo suavemente el menor, no hubo respuesta más que un leve ronquido de la mayor.

Giyu suspiro por lo bajo, si bien era conocedor de que su hermana tenía el sueño un tanto... pesado. Era mejor prevenir.

Camino a paso lento hasta quedar de frente a la cama podiendo apreciar en todo su esplendor a su hermana. Un leve sonrojo adorno su palido rostro al verla en paños menores.

Desde hace unos cuantos años Giyu había empezado a sentir atracción hacia su hermana, la persona que ha sido por así decirlo "La luz en su oscurida".

Pero para desgracia del menor la mayor recientemente había conseguido una pareja, los celos lo inundaron al enterarse de tal noticia, su fantasía de vivir una larga vida de casados junto a su hermana se desmoronó, fingió una sonrisa de alegría y dicha por ella mientras que su cabeza formulaba un pensamiento.

Si no podía tenerla a ello por lo menos quería quedarse con algo de ella. 

Giyu ya arriba de la cama, con un delicado y sutil movimiento acostó a la mayor boca arriba separando de igual forma sus piernas, con ayuda de unos de sus dedos haría aún lado la Braga azul marino de su hermana.

- Es bastante... hermosa - Musito con suavidad el Tomioka viendo la entrada aun virgen de su hermana.

Con el mismo dedo que uso para destapar la parte íntima de la mayor lo usaría para pasarlo ligeramente por el clitoris de la mayor dando lentos movimiento circulares.

- Hmm...

Giyu alarmado levantaría la cabeza pensando que había despertado a la mayor, para su suerte no fue así y ella seguía durmiendo, otro leve ronquido se lo confirmo.

- Fiuu... Falsa alarma. Mejor acabo con esto rápido - Musito por lo bajo en Tomioka, sacando de sus ropas un paquete de condones.

Había sido muy vergonzoso y penoso para el obtener los preservativos. Aún recordaba la mirada que le dio la cajera.

Giyu con cuidado abriría el paquete preservativos, sacando uno de los tres sobres plateados mordiendo cuidadosamente un esquina y tirando de ella revelando el condon.

Lo tomo delicadamente y se lo puso tal cual como en los videos que había visto.

- No me quedo mal - Susurro por lo bajo el Tomioka observando el como se veia su miembro con el preservativo.

El menor luego de unos segundo se posicionaria entre las piernas de la mayor apuntando su miembro a la enntrada de esta, posando con delicadeza sus manos en los muslos de su hermana.

- *suspira* 1... 2... 3 - Murmuro Giyu por lo bajo empujando lentamente su miembro en la parte intima de su hermana.

- Agh! - Gruñó el menor cuando su miembro por fin ya había entrado por completo en la caliente y apretada intimidad de su hermana.

Un poco de sangre salió de la intimidad de la mayor y el menor no se inmutó. Por lo que había investigado eso pasaba cuando el Himen una pequeña membrana en el interior de la cavidad vaginal se desgarra a la hora del coito.

Pasado unos segundos el mayor empezaría a mover lentamente sus caderas embistiendo de forma suave a su hermana quien a pesar de estar dormida pondría un mueca de disfrute.

El menor gemia y jadeaba levemente, con cada estocada que el daba las paredes vaginales de su hermana se cerraban más y más.

Su ritmo cardíaco y temperatura subieron, esto era tan embriagante con cada estocada sentía una mezcla de emociones placenteras que le motivaban a seguir y así fue, estuvo arremetiendo contra su parte íntima por un rato hasta que.

- Ah-Agh!! - Gruñó el Tomioka jadeando agitadamente. Sacando con delicadeza su miembro junto al condon lleno de su esencia.

Había cumplido su cometido y se había quedado con el privilegio de quitarle la virginidad a Tsutako.

Acomodo la Braga de la mayo acomodandole cuidadosamente las piernas dejándola en una posición más natural mientras que el se quitaba el preservativo deshaciéndose de el tirandolo por el retrete.

Estaba a punto de salir de la habitación pero no se podía ir sin antes hacer algo,  se acercó con sumo cuidado al rostro algo agotado de su hermana plantandole un calmado y cariñoso beso en sus suaves y apetitosos labios, separandose a los pocos segundos.

- Te amo Ne-san - Murmuro con suavidad en su voz, viendo una última vez el precioso rostro de su hermana retirándose del lugar rezando para que ella no descubra lo que hizo.

Fin








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