Dieciséis

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Buenas flores!!!! Espero que no os hayáis derretido con esta ola de calor (aunque las que vivís al otro lado del ecuador tenéis fresquito, suertudas vosotras) bueno, al fiiiiiin me he puesto al día releyendo esta novela para continuarla, así que ya sin más...
CAPÍTULO NUEVOOOOOO

Era una idea nefasta

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Era una idea nefasta.

Nefasta y absurda, por eso en cuanto llegué a las dos puertas metálicas que tenían un cuadro digital a la derecha señal de que estaban cerradas con código, como casi todo en aquella casa, me di la vuelta y subí de nuevo las escaleras rezando para que el idiota de mi jefe no se diera cuenta.

En el contrato decía que el sótano estaba terminantemente prohibido, ¿Bajar las escaleras estaría incluido? Mas me valía que no tuviera cámaras instaladas por todas partes o estaba muerta.

Llamé al decorador, mencionó que esa misma tarde vendría para tomar nota e inspirarse, —un raruncio en toda regla— por teléfono parecía alguien peculiar, estaba segura de que Charlie lo podría hacer mil veces mejor, solo había que ver la invitación que me había mandado y que seguramente no le había llevado más de diez minutos. Tras colgar la llamada busqué la lista de correos y envié uno a uno la invitación a la cena de cumpleaños, Le Noir era tan peculiar, que estaba completamente segura de que me reprendería si los enviaba todos al mismo tiempo aunque estuvieran en copia oculta.

Faltaban casi tres horas para servir el almuerzo y esta vez no tendría que prepararlo sino llamar al teléfono y pedir a la carta, el caballero negro era tan tiquismiquis que había adjuntado un archivo con teléfonos y menús de sus restaurantes favoritos.

Empezaba a sospechar que era un maniaco de mucho cuidado.

Y eso me recordaba al encapuchado o encapuchada. ¿Quién sería Caperucita Roja?, ¿Un hombre?, ¿Una mujer? Apenas le vi caminar pero parecía hacerlo con soltura, sin falta de comodidad así que debía ser alguien joven, eso era lo único de lo que estaba segura. ¿Vendría esta noche de nuevo?, ¿Recibiría visitas de encapuchados todas las noches?

Demasiadas preguntas para una mente atormentada por pesadillas hostiles.

Cogí los trajes horrendos que se suponían serían mi atuendo y salí de casa en vaqueros y zapatillas esperando que el caballero Le Noir no me pillara.

Seguro que si me ve usando unas zapatillas de marca la patata viejas y desgastadas junto a unos vaqueros rotos y una camiseta arrugada pone el grito en el cielo, pero es que el traje que me había prestado Charlie olía a muerte súbita y yo no tenia ropa formal de ese tipo en mi maleta, prefería el rapapolvos del excéntrico a llevar un traje atado como una lechuga para no enseñar hasta el alma.

Mientras salía de la habitación sigilosamente como si fuera una ladrona que trataba de escabullirse para no ser pillada con las manos en la masa, podía oír el silencio apagado por un leve murmullo lejano.

PaRaDigMa. El Arte de Seducir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora