Veintiuno

8.3K 1.7K 183
                                    


Helouuuuuuuu flores! Espero que hayáis disfrutado del fin de semana y estéis teniendo una buena semana! Besooteeeeessss
Pd: este porta nuestro va a volver loca a nuestra Alexa... Y ya veremos en que sentido lo hace...

—¿En que momento he autorizado una fiesta de disfraces? —exclamó finalmente ante mi estupor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿En que momento he autorizado una fiesta de disfraces? —exclamó finalmente ante mi estupor.

Su pregunta hizo que no fuera capaz de gestionar al momento que trataba de decirme, hasta que caí en la cuenta del email que había enviado a los invitados incitándoles a vestirse acorde a la decoración de la fiesta.

—En realidad no...

—Exacto —interrumpió atropelladamente y con evidente tono disconforme—. ¡No! —gritó.

Vale. Había metido la pata hasta el fondo.

Pero muy al fondo.

—Pensé que...

—¡Tu labor no es pensar! —exclamó ofuscado y di un pequeño respingo ante el tono elevado—. ¡Sino acatar!

Estaba cabreado, pero cabreado de verdad.

¿Tan horroroso era una fiesta temática? Tampoco era el fin del mundo. Aún así no me había pasado desapercibido que acababa de afirmar que era una inepta.

—Enviaré un email avisando del error —propuse rápidamente pensando que así arreglaría el problema.

—Por supuesto que no harás tal cosa. Lo último que necesito es quedar frente a mis amigos como un idiota más de lo que ya lo he hecho —respondió con evidente hastío—. Jamás doy fiestas donde haya que disfrazarse y menos aún si son íntimas como lo será este viernes, ¿Ha quedado claro?

¿No iba a despedirme?, ¿Echarme a patadas por cometer la falta imperdonable de no leerle la mente?

—Clarísimo como el agua —puntualicé y él pareció mirarme fijamente, como si estuviera evaluándome.

—Añade a tu lista de tareas encontrar mi vestimenta para la fiesta y más vale que te des prisa porque el sastre tendrá que ajustarlo —afirmó de malas pulgas.

—¿Tengo que encontrar también un vestido apropiado para mi? —pregunté solo por si acaso.

—Evidentemente que no —afirmó con tanta contundencia que me hizo sentir escoria pisoteada—. Te vestirás con tu traje de empleada y te asegurarás de que la cena vaya según lo establecido sin ningún tipo de incidente hasta que se vaya el último de los invitados.

Genial, iba a estar trabajando toda la noche sin descanso. Adiós definitivamente al sexo con el chef.

—Por supuesto. Así será.

Ya había aprendido que con este tío lo mejor era darle a entender que estaba de acuerdo en todo.

—Tu labor es que mis invitados disfruten de la fiesta y vean cubiertas sus necesidades, así que asegúrate de que haya servicio suficiente para no sufrir demoras.

PaRaDigMa. El Arte de Seducir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora