Trenta y ocho

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Buenas mis flores!!! Para compensar que no hubo capítulo el viernes, el de hoy es más larguito.... Así que no os quejéis! Ah y para todas aquellas que se perdieron el POV de ayer sobre el caballero negro que dejé en mi Instagram... (fueguito puro) id corriendo, lo he marcado en la carpeta de destacados de la historia, así las nuevas podrán leerlo.

Sin más dilación... os dejo con las bragas húmedas y pidiendo que os las moje por completo! ;P

—¿Quieres que llame a un médico?, ¿Aviso a alguien?, ¿Te acompaño fuera? —La voz de Joan era de preocupación e incluso en mi estado de estupefacción podía saber que hablaba en serio y seguramente tendría cara de leche semidesnatada; blanca, pajiza...

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—¿Quieres que llame a un médico?, ¿Aviso a alguien?, ¿Te acompaño fuera? —La voz de Joan era de preocupación e incluso en mi estado de estupefacción podía saber que hablaba en serio y seguramente tendría cara de leche semidesnatada; blanca, pajiza y como si me hubieran chupado tó.

¿Cómo santos demonios vuelvo a mirar al caballero negro a la cara? No había sido tan difícil hacerlo teniendo la seguridad de que era gay, pero ahora que.. ¡Oh dios!, ¿Por qué puñetas Charlie estaba tan seguro de que si lo fuese? ¡Es evidente que los rumores no valen una mierda!

—¿Sucede algo? —Era su voz.

«Su jodida y sexy voz »

Mi corazón estaba acelerado, sentía que me iba a dar un síncope en cualquier momento porque no sabía como gestionar la información en tan poco tiempo.

Se me había frito el cerebro; literal.

—Alexa se ha mareado —advirtió Joan sin saber realmente que podía sucederme, pero sus suposiciones me venían genial en aquel momento.

—¿Has comido algo? —exclamó en tono de reclamo.

Echando la vista atrás lo cierto es que no había comido desde la mañana y por mi expresión él comprendió cuál sería el motivo de mi supuesto mareo.

«Lo que me importará a mi comer en estos momentos» Si pensaba en probar bocado y se me cerraba el estómago automáticamente del estado en el que me encontraba.

—Lo que imaginaba —bufó con voz despectiva e hizo una señal que no comprendí pero por algún motivo Joan asintió—. Nos vamos.

¿Nos íbamos? Apenas llevábamos allí un par de horas...

Antes siquiera de poder rebatir o contradecir su acción me vi forzada por su brazo sosteniéndome de la cintura conforme me guiaba hacia la salida esquivando a todas las personas allí presentes y para ser sinceros, era incapaz de pronunciar palabra alguna para detenerle.

¿Es que no pensaba despedirse de nadie?

Si tuviera la mente fría, tal vez y solo tal vez podría llegar a pensar que no sucedía nada con la información que Joan me había revelado, ¿Al fin y al cabo que más daba que fuera heterosexual y que me hubiese visto en bolas?, ¿Qué mi habitación colindara con la suya y que fuéramos los únicos huéspedes en esa casa?, ¿Qué estuviera tremendamente bueno y que Joan me hubiese dicho que se acuesta con sus musas? No pasaba nada...absolutamente nada salvo por el hecho que antes de salir me advirtió que volvería a posar para él...

PaRaDigMa. El Arte de Seducir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora