VI: Invierno

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- ¿Entonces como quieres llamarlo

-Si es un niño Mehmet. -La miko arrugó la cara al escuchar ese nombre, no le convencía del todo.- Y si es niña Halime.

-Mi querido Lord, tiene usted unos gustos peculiares en los nombres, pero los aceptaré... Con una condición...- Dijo con cierto coqueteó.

-¿Cuál sería esa condición?

-¡Qué me beses como si me amaras!.- el peli plata la tomo entre sus brazos y si dudar un segundo tomo sus labios demostrándole todo su amor, permanecieron así unos segundos antes de que la joven necesitará respirar.

- Yo te amo...- Ella sonrió con tristeza antes estás palabras, siguió caminando junto a su amado en silencio, la nieve cubría todo a su alrededor, ocultando con su blancura la impureza de este mundo.- No, no es así.

-¿Porque piensas eso?

-Esto ni siquiera es real...

-Esto ni siquiera es real

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Abrió sus ojos abandonado ese mundo de fantasía al que viajaba cada noche junto a al hombre que ella muy a su pesar amaba, los meses habían pasado en un parpadeo, sus vientre estaba hinchado y el nacimiento de sus hijos estaba muy cerca, podía sentirlo.

Su hijo, legítimo heredero del oeste, pero que gobernaba en el este, que ironía, Inosuke la ama tanto que la acepto aún con el hijo de otro hombre, claro que no le dijo que el hijo es de nada más que de su cuñado, eso seguramente hubiera traído conflictos. Y su emparejamiento pues, debía esperar a que bebé naciera, ya que si el la marcaba mientras está esperaba el hijo de otro Youkai ambos podrían morir. Se levantó para desayunar como era costumbre, pero mientras caminaba hacia el comedor sintió un gran dolor en su vientre y espalda que la hizo arrodillarse en el suelo... Su hijo estaba por nacer...

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El también tuvo el mismo sueño, una caminata bajo la nieve, con su mujer embarazada mientras discutían el nombre de su hijo, maldijo internamente todas esas estupideces, escucho el tocar de la puerta y se sentó en la cama con fastidio.

El también tuvo el mismo sueño, una caminata bajo la nieve, con su mujer embarazada mientras discutían el nombre de su hijo, maldijo internamente todas esas estupideces, escucho el tocar de la puerta y se sentó en la cama con fastidio

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El Pecado De tus besosOù les histoires vivent. Découvrez maintenant