XI: FUEGO Y SANGRE

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Todo el palacio del este se encontraba de luto, había pasado tan solo un día desde que habían perdido a sus señores y ahora se encontraban todos en el jardín en el funeral de ambos hermanos.
Sesshomaru observaba con cierta melancolía, no pudo proteger a Kagome, y tampoco pudo proteger a Akane, vio en sus brazos al pequeño bebé que dormía plácidamente mientras recordaba las palabras de su prometida antes de morir -*Debes salvar a Kagome*- pues la princesa logro usar sus poderes para escapar a duras penas del ataque de Urano, aunque de cualquier modo resultó herida, logró salvar al pequeño, pero al irse Kagome el sello que mantenía oculta su verdadera esencia se rompió dejando ver su verdadera naturaleza,

Era evidente para todos que el pequeño era su hijo, y no le importaba ya que el mundo lo supiera, lo protegería y traería de vuelta a su madre. Los cuerpos de ambos hermanos de consumían en el fuego mientras todos los sirvientes lloraban, había sido un golpe muy duro perderlos a ambos ¿Que más podría pasar? Pues, todo siempre puede volverse más confuso, un repentino portal apareció frente a los presentes, desapareciendo tan pronto como llegó, no sin antes dejar salir a un joven de cabello negros y ojos azules que parecía haber sido golpeado recientemente, los soldados no tardaron en rodearlo.

- Bajen sus armas un momento.- intervino InuYasha - ¿Sota? - el joven que estaba un poco aturdido por el viaje y golpe que se dio al llegar lo miro sorprendido.

-¡InuYasha! ¡Que bueno que estas aquí! - al ver que conocía al joven los guardias se alejaron, poco a poco los presentes se fueron retirando, dejando solo a InuYasha, Sota y Sesshomaru en el lugar, pues había mucho de que hablar.

-¿Que haces aquí?

-Mi hermana enloqueció, pero seguro eso ya lo sabes.

-Si, han sido unos días... Difíciles por no decir extraños... Yo no pude protegerla.

-¿Que fue lo que ocurrió?- InuYasha resumió la historia tanto como pudo, sin poder explicar muy bien lo que paso entre su hermano y Kagome ya que no tenía mucho conocimiento de esto, solo el pequeño que Kikyo se encontraba cuidando.- Ya veo... Ella perdió todo y Urano uso su dolor para corromper su alma...

-Pero su hijo está bien, la princesa puso salvarlo, solo necesitamos que lo vea y entre en razón.

-No es tan sencillo, Urano implantó un parásito en su alma.

-¿De qué hablas niño? - Sesshomaru que hasta ahora permanencia en silencio por fin hablo.

- Mi hermana tiene un corazón puro, aunque quisiera no podría ser capaz de atrocidades como lo que le hizo a Urano, y el lo sabía, por eso cuando rompió el sello que la hacia vivir como humana se aprovechó de su dolor para incrustar en su alma un parásito que la corrompiera y la llenará de rencor. Por eso aunque pongamos a su hijo en sus brazos no reaccionará, creerá que es una mentira, ella está siendo manipulada.- pensó por un momento y luego siguió hablando- Es muy poderosa también, será difícil recuperarla.

-¿Como podemos salvarla? - Preguntaron ambos hermanos al mismo tiempo.

- El parásito debe estar enlazado a otra persona para poder estar en su alma.

-¿Quién?

-No lo sé, cualquiera de los que estuvo presente cuando se rompió el sello.

-¿Y como lo eliminamos?

-La persona que tiene al parásito debe morir. -Ambos hermanos permanecieron en silencio, todas la personas allí presentes eran sin duda importantes para Kagome, ella no aceptaría que ninguno muriera por Ella...

- Eso no es posible... - Ella es su mejor amiga y desea salvarla -

-Si no lo hacemos ella cumplirá con los deseos que tenía Urano.

-¿Y cuáles son esos deseos?

-Fuego y sangre, ver a los humanos consumirse en su propio dolor...

-Debe haber otra forma...

-Es la única que conozco, InuYasha se que todos son importantes para ti, pero esto es el destino de muchas personas, hay que escoger sabiamente.

-¿Cuando te volviste tan maduro mocoso?

- En realidad soy mayor que mi hermana... Solo me hicieron parecer su hermano menor para protegerla, en unos días debería tomar mi verdadera apariencia... En fin... Ahora mismo no podemos hacer nada, quiero conocer a mi sobrino...

Ambos se fueron dejando al ambarino mayor a solas con sus pensamientos, él deseaba salvarla, pero todo parecía complicarse cada vez más, después de deambular unas horas volvió al palacio, busco a su pequeño y se lo llevó a dormir con el.

Se acostó junto a él y no pudo evitar dormirse, en sus sueños volvió a repetirse una escena que ya conocía, Kagome y el en medio de un lago, pero del agua salían cadenas que aprisionaba sus muñecas y la arrastraban cada vez más profundo mientras e...

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Se acostó junto a él y no pudo evitar dormirse, en sus sueños volvió a repetirse una escena que ya conocía, Kagome y el en medio de un lago, pero del agua salían cadenas que aprisionaba sus muñecas y la arrastraban cada vez más profundo mientras ella lloraba y le pedía que la salvara, pero cada movimiento de el era muy lento, simplemente no podía llegar a ella. Sintió una presencia que lo hizo estremecer detrás de él y volteo con brusquedad, encontrándose con una Kagome diferente, tenía una armadura y una capa que cubría su cara, está levantó lentamente su cara dejando ver sus hijos brillar en rojo mientras le gritaba * TODO ESTO ES TU CULPA*
Al momento que se despertaba bruscamente, el lo sabía, no fue un simple sueño, su alma le está pidiendo que la salve, y el hará lo que sea necesario para que así sea.

Haría hasta lo imposible, para borrar esa mirada llena de odio de su rostro...

Haría hasta lo imposible, para borrar esa mirada llena de odio de su rostro

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CONTINUARÁ.....

El Pecado De tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora