XIII

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-¿Entiendes a lo que te arriesgas? - Ella jamás fue una mujer expresiva, en toda su existencia, aún cuando su marido la abandonó por una mortal, nunca se permitió mostrarse vulnerable, pero ahora se trataba de su hijo, su único hijo ¿Como no preocuparse? Aún que se mantenía estoica, sentía temor por lo que a su cachorro pudiera sucederle en ese lugar, después de todo no se supone que ningún ser vivo entre ahí.

- Lo entiendo, pero debo hacerlo.- al igual que su madre su expresión no cambio en lo absoluto, pero veía a traves de los ojos de su madre la angustia que toda esta situación le causaba, era la primera vez que podía ver algo más allá de su fría mirada y su siempre irrompible armadura, y no entendía el porque esto lo inundaba en calidez.- Si la hubiera protegido, esto no hubiera pasado, debo enmendar mis errores, y no dispongo de mucho tiempo.- Entonces Irasue levantó su collar sagrado y abrió un portal dimensional con este.

-Esta es la entrada al limbo donde las almas condenadas van al morir, los antiguos dioses de.la luna creyeron oportuno esconder en ese lugar la cura que Kagome necesita.

-¿Que es lo que busco exactamente?

-No lo sé, no soy tan vieja Sesshomaru, ten mucho cuidado.

-Lo tendré...- Camino directo hacia el portal que no parecía más que un infinito agujero negro y antes de entrar se volvió hacia Irasue - Madre, te prometo que volveré.- Está sonrió débilmente ante sus palabras, y lo vio desaparecer dentro del portal, ese cachorro, solo el podía hacer que su corazón se estrujara de esa forma, ella se quedaría allí, cuidando el portal y esperando a su regreso, se dirigió hacia el trono que una vez perteneció a ella y su difunto marido, y que si todo salía bien, ocuparían su hijo y su pareja, se quedó observando, recordando cuando ella solía sentarse ahí junto a Inu No, es lo suficientemente grande para que ambos se sentarán juntos, ella realmente era feliz, aunque tal vez nunca le demostro lo que sentía por el, no recordaba haberle dicho jamás que lo amaba. No podía siquiera juzgarlo por haberla abandonado, hasta podría decir que lo entendía, Izayoi era una mujer llena de vida y desbordaba amor con cada mínimo gesto, además del hecho de que era sumamente hermosa, era imposible para ella odiarla.
En su momento intento asesinarla, pero ella solo la recibió con una sonrisa y la invitó a tomar el té el jardín de su palacio, fue amable aún que sabía para lo que ella estaba ahí, y entonces no fue capaz, se marchó del lugar y se resignó a perder al hombre que amaba, pero con la seguridad de que ella cuidaría bien de ese amor.

Ahora solo le queda su hijo, y ese pequeño que se encontraba envuelto en las mantas durmiendo sobre el trono de su padre, aún podía recordar cuando su propio hijo estaba así tan... Indefenso, ahora podría destruir el mundo si lo desease, y aún si lo hiciera, ella lo protegería, porque es lo que hace una madre.

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Al otro lado del portal en lo que parecía una infinita cueva obscura se encontraba el mayor de los hijos de Inu No buscando quién sabe que, para poder salvar a la madre de su hijo, había caminado por lo que parecieron horas hasta encontrar un árbol, en medio de la obscuridad, completamente seco, sin embargo, podía sentir una energía muy parecida a la de Kagome y Urano proveniente de el. Posó su mano sobre el tronco de este y escuchó voz femenina proveniente de el.

-¿Quién osa perturbar mi descanso?

-Un descendiente de tu linaje.

-¿Mi linaje dices? Mi linaje está acabado, solo Urano prevalece, y el no sé mezclaría con otro seres, y tu linaje no es puro, puedo sentirlo.

-Urano esta muerto.- Segundos después de decir esto el árbol comenzó a brillar y Sesshomaru se alejó de el cubriendo su rostro con la manga de su kimono la luz que lograba cargarlo. Cuando la luz desapareció, en su lugar se encontraba una mujer, de piel morena, cabello blanco y ojos rojos, sin duda un habitante de la luna.

-Tu, explicame inmediatamente como es que Urano está muerto.

Después de unas horas explicándole a esa mujer todo lo ocurrido hasta ahora, la aparición de Urano, la transformación de Kagome y el hecho de que quiere destruir toda vida en la tierra, ella procedió a contarle su historia, no es que a él le interesaba, pero si quería que la mujer cooperará con él debía escucharla.- Hace un milenio, antes de que me enviaran aquí, Urano y yo estábamos muy enamorados, pero el perdió la cordura cuando se enteró de que nuestra especie se mezcló con seres diferentes, ya que el los consideraba inferiores, enloqueció de ira, y convenció a muchos otros de seguirlo y acabar con la vida en la tierra, hubo una gran guerra en la luna, solo unos pocos sobrevivieron, como lo son los padres de la chica que quieres salvar, Urano, mis propios padre y yo. Al haber sido tan cercana a Urano mi energía de unio a la de el, en ese punto solo yo tenía la fuerza para eliminarlo.

-¿Como es Kagome lo asesino entonces?

-Pues ella debe ser monstruosamente fuerte, en fin, aunque podía derrotarlo, me encontraba débil, así que mis padres lograron abrir el portal con la piedra meidou, y me lanzaron aquí para protegerme, prometieron venir a salvarme, pero no lo hicieron, así que asumo que están muertos.- suspiro pesadamente mientras una pequeña lagrima se escapaba.

-Entonces tu eres el arma para destruir el parásito que dejó en el alma de Kagome.

-Me temo que ya no.

-¿Porque no?

-Estuve mucho tiempo en este lugar, incluso para un ser inmortal, es demasiado, hace mucho que morí, tu solo estás hablando con un espíritu condenado.- esas palabras lo golpearon duramente ¿No había nada que hacer entonces?

-¿Entonces no podré liberarla?

-¿La amas Sesshomaru?-¿Amarla? Por supuesto, ella era la razón por la que se atrevió a ir a ese inmundo lugar, miro los ojos de la mujer y entendió, quería saber si valía la pena ayudarlo, fue entonces que lo reconoció en voz alta por primera vez.

-La amo, y daría mi vida para protegerla.- Ella sonrió y asintió con la cabeza.

-De acuerdo, te ayudaré, lo que Urano dejo impregnado en el alma de la chica no es parásito, es una parte de su alma misma.- Sesshomaru no pudo evitar sentir repulsión al saber que ese desgraciado estaba de cierta forma pegado a su mujer, sin duda lo pagaría caro.- Levanta tu espada joven guerrero, aquella que es capaz de salvar almas.- Sesshomaru desenvainó a colmillo sagrado y lo puso frente a la mujer.- ¿Confiaras en mi?

- No tengo más opción.

-Debes atravesar su corazón con tu espada, y al llegar hasta su alma yo purificare lo que queda del alma de Urano prendido en ella. -El Lord quiso preguntar cómo de supone que haría eso, pero ella comenzó a brillar nuevamente y se fundió dentro de colmillo sagrado, entonces entendió, ella iría con el, ella era en definitiva el arma.

Se dio la vuelta y camino de regreso hasta el portal, cuando lo cruzó nuevamente vio a su madre cargando a su hijo en sus brazos, y un recuerdo muy lejano vino a su mente, de su madre cargandolo de misma forma cuando aún era un niño, sonrió internamente cuando su madre miró hacía él y el alivio de verlo a salvo invadió su ojos - Prometí que volvería...

CONTINUARÁ......

El Pecado De tus besosWhere stories live. Discover now