El Pecado De tus besos

VII: Se abre el portal.

-El gran día llegó, hoy su vida tomaría un camino del que no había retorno, lo sabía muy bien, pero también sabe que es lo mejor para ella y para su hijo, aún así no deja de pensar en todas las decisiones que poco a poco la trajeron hasta aquí, suspiro con pesar, ya no había nada que hacer. Tocaron la puerta de su habitación llamando su atención.- Adelante.- Escucho la puerta abrirse pero aún así no se volvió para ver quién era, en esto momento eran muchas las cosas que le daban igual, y si lo apuñalan por la espalda le harían un favor.

-Miko.- Se volvió rápidamente viendo a Sesshomaru, se esperaba una visita de cualquier persona menos de el.

-¿Necesitas algo? Aunque estuviera muriendo por dentro de mantendría firme frente a él.

-Solo vine a... Darte mis buenos deseos, espero que puedas ser feliz.

Con esas palabras el solo le hacía daño, como es que no entendía que ella quería ser feliz con el, solo eso deseaba.- Te traje esto.- dijo extendiéndose una flor y colocándose la en el cabello.

Se que son tus favoritas, y te hacen ver... Magnífica...- Se maldecía internamente, quería pedirle, más bien suplicarle que se quedará con el, que de cargarán al oeste en este mismo instante, pero su orgullo no se lo permitía... Y ella, ella pensaba lo mismo "Si tan solo me pidieras quedarme a tú lado" no lo pensaría dos veces, pero no lo dijo, solo se quedaron ahí mirándose fijamente durante un buen rato, hasta que la azabache rompió el silencio.

-¿Te puedo abrazar?- El sorprendido por aquella petición no pudo articular ninguna palabra, solo asintió mientras abría los brazos para recibirla, se quedo allí rezando para el tiempo se detuviera, grabando su olor y el calor que le proporcionaba, se amaban tanto, que todo esté teatro no hace más que matarlos de a poco.

Cuando se separaron del abrazo inconscientemente se fueron acercando, tal vez un ultimo beso, tal vez un ultimo beso no les haría daño..

-¡Kagome!- El momento fue interrumpido por la molesta voz de InuYasha que llamaba desde el otro lado de la puerta, se separaron tan rápido como la burbuja se rompió.

-¿Que hace el aquí?

-Es mi mejor amigo, lo invite a mí matrimonio, además, no tengo a más nadie, el me entregara en el altar.- El albino gruñó molestó al escuchar esto último.- Pasa.- junto al hanyou entraron el monje y la exterminadora que corrió a abrazar a su amiga ignorando la presencia de Sesshomaru.

-¡Kagome! ¡Cuanto tiempo son verte! Te extrañe mucho... - Decía con lágrimas amenazando con salir de sus ojos.

-Yo también lo extrañe mucho chicos... No se imaginan la falta que me hicieron.

-Feh, tonta, mira que irte durante tanto tiempo y luego enviar un mensajero para decir que te vas a casar.

-Y para decir que ahora es madre, Señorita Kagome nos ha dejado sorprendidos, más aún porque pensábamos que se encontraba con Lord Sesshomaru

-Chicos, prometo que después de la boda les explicaré todo... Pueden quedarse unos días y podremos hablar de lo que ha pasado estos años... Pero bueno ¿Y Kikyo?

-Esta en el jardín con los niños, dijo que te vería en la ceremonia.- Ya cansado de la emotiva reunión se fue sin despedirse, esos inútiles habían llegado en el peor momento, estaba hecho una furia, camino por los pasillos sin rumbo alguno hasta que divido algo a los lejos, a su prometida abrazando muy alegremente al general de las fuerzas del este, un acto para nada apropiado en una mujer comprometida, aunque siendo justos, el estaba en una situación aún más comprometedora hace unos minutos.
Lo dejaría pasar, porque la verdad es que no le importa lo que ella haga.

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Ya estaba lista, solo esperaba a que InuYasha la fuera buscar, estaba tan asustada, solo miraba hacia afuera pensando en el futuro...
Y en ese amor de fue y seguramente no volvería....

Escucho a InuYasha llamarla y se levantó resignada, su destino la llamaba.

Caminaba del brazo de su amigo viendo a los presentes, sango y miroku con sus tres hijos, Kikyo y su hijo, Akane que estaba cargando al hijo de ella y Sesshomaru, Sesshomaru, Rin, Kohaku. Casi todos los invitados eran de ella. InuYasha la entrego a Inosuke diciéndome un amenazante "Más te vale cuidarla" lo que hizo estremecer un poco al joven Lord, el sabía que aunque sea un hanyou, no es rival para los hijos del difunto Inu no Taisho.

Ella quería sonreír, se esforzaba por hacerlo pero a cada palabra del monje se le resultaba más difícil, llegó el momento de tomar las copas a amarralas con el listón rojo, una vez bebieran de ellas estaba hecho, su vida estaba atada a un hombre el cual ella no ama.

Justo ahora deseaba que se dijera "Si alguien se opone a este matrimonio que ha le ahora o calle pare siempre" y que el amor de su vida saltara poniéndose y se la llevará lejos. Pero sabía bien que eso no era posible...

Estaban acercándose a beber de las copas cuando todo empezó a moverse en cara lenta, escucho como desenfundan una espada, como Inosuke escupía sangre manchadole el rostro, callo al piso segundos después con una espada atravesando su pecho desde atrás....

CONTINUARA.....

Espero que les guste el capítulo 🤭 saludos.!!