XIV: Confrontación

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La noche pautada había llegado, una inmensa luna sangrienta se observa en el cielo, este era el inicio del fin, se transportó junto con sus fieles sirvientes hasta el lugar donde toda esta historia inicio, el Árbol Sagrado, suspiro pesadamente, pronto todo terminaría, y la vida empezaría de nuevo, le daría una nueva oportunidad a este mundo, una donde no fuera corrompido por la inmundicia de seres inferiores.
Suspiro pesadamente al llegar a la tierra, observó a su alrededor con cierta melancolía, todas las cosas que vivió en este lugar, aquí conoció a InuYasha, su primer amor, y fue de hecho aquí el lugar donde vio por primera a Sesshomaru, la bestia que puso su mundo de cabeza, el nunca la había visto con los ojos que ella lo veía a el, ella  lo veía como el amor de su vida, pero en cambio para el, ella solo era un obstáculo que le impediría mantener su linaje, irónicamente, su sangre es más pura que la de el.
En fin, después de hoy, ella y el árbol sagrado serían los únicos testigos de todo aquello.

-¿Es su decisión final mi Señora?

-Si, empecemos.

Empuñó su espada y levantó su mano hacia el cielo, liberando una gran ola de energía y despejó alrededor de ella y el arbol sagrado unos 100 metros de espacio.- así les daremos un poco ventaja en la pelea.- dijo al notar que sus sirvientes la miraban confundidos.-

-Dejo este árbol intacto.

- Será mi testigo de lo que acontezca hoy...- Hizo silencio al notar las presencias que se acercaban a ellos con velocidad, el primero en llegar fue Sesshomaru, tan estoico como de costumbre, mirándola fijamente. Segundos después llegaron los demás, InuYasha, Kikyo, Sango y Miroku, las personas que una vez amo, serían las personas que vendrían a matarla.

-¿Todos ustedes contra mi? -Dijo con burla.- no me parece me justo, pero les traje compañía.- Luego de decir esto hizo un movimiento con su mano indicándoles a sus sirvientes que atacarán, estos corrieron dispuestos a atacar con toda su furia sin ninguna restricción, iban dirigidos directamente a Sesshomaru, Kagome, o más bien Urano sabía que si quería mantenerte a Kagome bajo su control debía eliminar a Sesshomaru, el amor que esos dos sentían el uno por el otro podrían despertar el alma dormida de esa chica y arruinar sus planes, ya que habia perdido su propio cuerpo, solo le quedaba vivir miserablemente en el cuerpo de esa mocosa traicionera que se atrevió a asesinarlo, como castigo la convertiría en su esclava eternamente.
Los pequeños pero increíblemente ágiles sirvientes fueron rápidamente interceptados por el grupo antes de llegar a Sesshomaru y los alejaron de el dándole una pequeña abertura, ellos le darían la oportunidad de salvar a Kagome, no estaban ahí para matarla, la sacarían de la obscuridad.

-¿Entonces seremos tu y yo?

-Al parecer es nuestro destino estar juntos al final.

-Ya te encantaria, pero aquí solo morirás tu. -Atras de Sesshomaru se desataba una gran pelea entre los seres de la luna y el Inu-equipo.- y ellos también, no los dejemos por fuera que es de mala educación.

-Aunque no lo mostraba estaba sorprendido, jamás la había visto tener esa actitud tan arrogante y sin el más mínimo respeto hacia la vida humana, esa definitivamente no era su kagome.-

-Kagome, no es una guerra que puedas ganar.

-¿No lo entiendes? Yo no deseo ganar, yo solo anhelo verte perder.

-¿Tanto me odias?

¿Odiarlo? Ni ella lo sabía, es como si dentro de su ser hubiera una lucha constante entre sus deseos y las voces que le dicen lo que debe hacer, está al borde de la locura, pero al no ser humana, no puede tener algún trastorno mental ¿Cierto? - Ya basta de tonterías, demos fin a esto.- En un ágil movimiento llegó hasta el dispuesta a cortarle la cabeza, pero este ya había desenvainado su estado para ella llegó y lo bloqueo fácilmente, no es que ella pensará que sería fácil, era perfectamente consciente de que ambos estaban al mismo nivel.- ¿Planeas pelear conmigo usando colmillo Sagrado? ¿Tanto me subestimas?

-La diferencia entre nosotros, es que yo tengo experiencia en la guerra, y se que arma debo usar, tu solo eres una aprendiz.- Eso, la estaba provocando, necesitaba que perdiera el control para poder asestar el golpe definitivo.

-¡No seas tan arrogante! .- dio un fuerte rodillazo justo en el estómago de su oponente, ni siquiera su armadura fue capaz de amortiguar el dolor, el retrocedió para recuperar el aire sin bajar la guardia.-

-Parece que esos años entrenadote dieron sus frutos, deberías darme las gracias pequeña.

-¿"Pequeña"? .- Esto definitivamente la saco de sus casillas, clavo su espada en el piso, junto sus manos, empezaron a brillar y creo un arco con su energía espiritual, lanzó inmediatamente dos flechas y desapareció el arco, tomo rápidamente su espada y avanzó hacia el justo detrás de las flechas.

Era una situación difícil, recibía las flechas hechas de energía, que no lo matarían pero lograrían herirlo, y detenía el ataque de la espada.

O  destruía las flechas y recibía el ataque de la espada.

Como sea, ella llevaría la ventaja, o eso pensaba, no sabía que sin notarlo le dio al peliplata la oportunidad perfecta. El sin inmutarse mucho destruyó las dos flechas de energía, y ella dirigió su espada directa en su corazón, y el sonido del frío acero atravesando su armadura y su Pacho hasta salir por la espalda inundó el lugar.

Con lo que no contaba era con al mismo tiempo el atravesó su pecho con colmillo sagrado, pero al ser esta una espada incapaz de matar no sintió dolor alguno, estuvo a punto de burlarse cuando empezó a sentir como todo dentro de su cuerpo ardía, era como si su alma se estuviera quemando, y en unos instantes ella se encontraba viendo en tercera persona como dentro de su alma dos seres discutían.

-¡¿QUE HACES AQUÍ!? ¡TU ESTAS MUERTA! .- Urano gritaba enfurecido, ya que mientras más esa mujer se acercaba a el, mas el empezaba a desaparecer.

-Ya has hecho mucho daño, es hora de irnos.

-¡No! ¿Porque me haces esto? ¡Se supone que me amabas! ¡Que nos amábamos! ¡Íbamos a gobernar el mundo!

-Yo nunca quise eso, cariño, te dejaste consumir tanto por tu odio que te olvidaste de lo que realmente importaba... Ahora ya es muy tarde.

-¡No me voy a dejar vencer!

-Tu alma está incompleta, eres tú quien no puede vencerme, yo en cambio estuve todos estos siglos guardando mi alma y mi espíritu para llevarte al más allá.

-¡NOO!

-Es hora de descansar.- la mujer hablaba con serenidad, se acercó a él y lo fundió en un abrazo, y un gran resplandor iluminó el alma de Kagome, y ambos desaparecieron, entonces ella volvió, si corazón se inundó de emociones, la calidez que la caracterizaba, y el dolor de recordar todo lo que había perdido, si amor, su esposo y amigo, y su hijo.
Miro a su alrededor y vio a sus amigos y sus sirvientes todos estaban heridos pero ya no luchaban, todos la miraban a ella.

Había vuelto, era ella, pero cuando por fin entro en razón, solo pido observar el miedo en los ojos de aquellos personas a las que juro proteger.
Miro justo frente a ella, estaba Sesshomaru, que le mostraba una cálida sonrisa, el la había salvado, pero justo cuando él quiso decir algo tosió y de su boca salió un hilo de sangre, entonces fue consciente de que aún sostenía la espada en su mano, la espada que estaba atravesando su corazón...

-Sesshomaru...- dijo con lo ojos llenos de lágrimas.-

-No te preocupes, no es la primera vez que tocas mi corazón...

CONTINUARA....

- Disculpa por tardar en actualizar, si no es la universidad es mi salud que no me deja escribir... Pero estoy muy atenta a sus comentarios y a no dejar la historia incompleta, un saludo y un abrazo ❤️

El Pecado De tus besosWhere stories live. Discover now