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– ¿Cuándo podré volver a tener mi vida? Llevo aquí una semana ya, quiero irme... 

– Hey Nat, Nat, Nat – la pelirroja le mira atenta pensando que había encontrado algo divertido pero la rubia solamente niega riendo – Deja de llorar 

– ¡Ohg! – grita frustrada, es la quinta vez del día que le decía eso

– ¡Es qué llevas quejándote una hora! Y por mucho que preguntes cuando te dan el alta no vas a hacer que tus células se multipliquen y cierren tus heridas mas rápido

– Si tú estuvieras en esta cama, ya te habría hecho comerte siete almohadas para callarte, tú si que serías insoportable... 

– Es posible, pero yo puedo hacer esto – María se pone de pie dando una vuelta con los brazos estirados haciendo reír a Peter quién también estaba en la habitación 

– Cuando me pueda levantar, te vas a llevar la colleja de tu vida 

– Aquí te espero – asiente 

– Vale vale 

– Vale

– Va-le 

– Va-

– Hola! – Kate entra por la puerta y ambas pararon su batallita por ver quien dice la última palabra

– Menos mal – murmuró Peter y María se sentó a su lado riendo 

– ¿Qué nos has traído, Bishop? – pregunta Peter frotándose las manos 

– He traído un batido de cola-cao y un pretzel para tí, como habías pedido – le extiende el desayuno al chico 

– Oh... sigue calentito... 

– Si – se ríe Kate – Para Nat solo he traído agua porque no puedes comer nada que no sea preparado aquí para tu estómago, lo siento – la pelirroja asiente dándose por vencida 

– Ni un donut me dejan comer 

– Una bala te ha atravesado el estómago, ¿que esperabas? 

– Cierra la boca

– Oh, claro que lo hago, para comer la comida que tú no puedes 

– Sois de lo peor – se quejó Peter bebiendo de su colacao divertido

– ...Y a ti, te he traído el batido de fresas y yogur con el donut de oreo... – Kate continúa con la repartición de comida como si nada, y le da a María su desayuno 

– Muchas gracias, Bishop – la rubia sonríe dando el primer sorbo de su bebida 

– De nada 

– Oye, ¿y Lucky? ¿Está en el complejo todo el día? 

– Oh, lo saco al jardín del complejo por la tarde un par de horas todos los días, no está... encerrado como tal 

– Ah vale, es que como estás mucho tiempo aquí pensaba que lo sacaba Wanda a pasear o algo

– No – sonrie dulcemente – Pero... mañana iba a ir a la playa con él a pasear por ahí y bañarme un poco, si quieres puedes venir con nosotros – Peter y Natasha abren los ojos sin poder creerse la propuesta y se quedan sin palabras

– Eh... mañana había quedado con un par de amigas que venían a la ciudad desde hace tiempo, así que no puedo. – Bishop asintió quitándole importancia y siguió comiéndose su donut, pero sin poder creerse que se hubiera atrevido a preguntarle eso y aún menos que no le hubiera contestado mal, que hubiera sido agradable

"Demasiada atención, Bishop"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora