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— No esperaba encontrarme a nadie entrenando a estas horas, y menos a ti, odias madrugar — Kate sonrió secándose en sudor de la frente y parando un segundo de boxear

— A la hora a la que suelo entrenar tengo que estar en el aeropuerto así que me tocaba despertarme más pronto

— ¿En el aeropuerto? ¿Tienes una misión?

— Nop, voy a recoger a Stark

— ¿Vuelve hoy? ¿Ya ha terminado todo el trabajo?

— Bueno... — Kate miró su reloj — Ahora mismo está en su última reunión, todavía no ha acabado oficialmente.

— ¿Está en una reunión a las 4 de la mañana? — Clint preguntó horrorizado

— Está en Portugal, ahí son las... 9 de la mañana — se rió — No todo el mundo sigue el horario de Nueva York, Barton — se burló consiguiendo que el hombre le lanzara un guante de boxeo que tenía cerca

— Ya lo sé, idiota, pero son las 4 de la mañana y no he pensado, ¿vale?

— Hum... — Kate cogió su botella — De todas formas María lleva sin un horario fijo desde que comenzó todo eso, puede llegar a viajar a tres continentes en un solo día

— Que divertido — asintió irónicamente dejado su toalla en un banquillo

— Era horrible, cuando yo estaba despierta a ella le entraba el sueño y cuando yo me dormía ella despertaba — Clint sonrió sabiendo lo que era eso, porque le había pasado muchísimas veces con Laura — Pero hoy vuelve de una vez, así que podré volver a mi maravillosa rutina con ella

— ¿Y por qué no te has quedado con ella el último día? Habría sido más fácil quedarse con ella unas horas más y volver juntas, ¿no? — Clint comenzó a calentar en la cinta de correr y Kate continuó golpeando el saco colgado del techo.

— ¿Hablas de estos últimos días que no he estado en el complejo?

— Si...

— No he estado con María — sonrió

— ¿No?

— He ido a la casa a la que tiene en Grecia, a la que fuimos una semana hace un tiempo

— ¿Sola? — Clint le miró extrañado — ¿Y que has hecho en una mansión tu sola? — se rió

— No he ido sola, Barton, he ido con Mj. Y hemos estado preparándolo todo para el cumpleaños de Peter.

— Si, eso tiene más sentido.

— No soy tan rara como para ir tres días sola a una mansión sin nada que hacer...

— Yo te veo capaz, te he visto hacer cosas más raras.

— Que va — la chica frunció el ceño agarrando el saco para que se quedara un poco quieto mientras se giraba a mirar a su compañero

— Solo conociéndote de dos días te vi saltar de un edificio con una pequeña cuerda como única forma de frenar antes de matarte, siguiendo a una asesina profesional — Clint le miró con las cejas levantadas sin parar de correr  

— Asesina la cual es mi mejor amiga ahora mismo — sonrió pensándolo — Pero que conste que lo hice para que no te matara — Kate se quitó los guantes de boxeo indignada — Ya no se aprecian los gestos de lealtad por lo que veo

— Esa misma semana también me rastreaste el teléfono para saber dónde me habían secuestrado y te dejaste caer del techo delante de todos los mafiosos armados

— De nuevo, para salvarte. Y no fue la última vez que te salvé de mafiosos en una nave abandonada, te recuerdo que el mes pasado saliste vivo de una situación así gracias a mi.

"Demasiada atención, Bishop"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora