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— ¿Qué tal va? — Kate suspiró cansada sentándose en un taburete de la cocina y miró a Kamala, notando la preocupación en sus ojos.

— Va realmente mal. — volvió a suspirar sintiendo las lagrimas comenzar a aparecer en sus ojos — Siempre tiene que pasar algo. Nunca podemos tener ni un año tranquilo, es agotador.

— Es lo que tiene la vida que habéis elegido — Natasha entró completamente sería seria a la cocina. La pelirroja se había quedado en el complejo para ayudar a María un poco, o intentarlo, pero en realidad volver a estar ahí y entrenar con Yelena le estaba empezando a recordar buenos momentos.

— Yo no me metí aquí para que me arruinaran la vida — Kate contestó molesta y con un tono seco, lo cual a Natasha le hizo gracia y soltó una mueca de risa negando

Tú te pensabas que nuestra vida era solo acabar con los malos, pero nunca se te pasó por la cabeza que los malos también podían acabar con nosotros.

— Yo sabía que no todo iba a ser bonito, pero todo lo que le ha pasado, y a María también, no es normal.

— Nada de lo que hacemos es normal — cogió una manzana y fue a salir de la cocina, pero se detuvo justo antes de hacerlo. — El tiempo en el tanatorio ya se ha acabado, si María quiere despedirse, este es su momento. Te he enviado la dirección en la que van a guardar su cuerpo hasta el funeral de mañana.

— Gracias — Bishop suspiró asintiendo mientras la rusa desaparecía por la puerta. Pero Kate tenía muchas dudas de que María fuera capaz de verle.

— ¿Vas a decírselo a María? — Kamala preguntó después de unos minutos, como si tuviera miedo de interrumpir los numerosos pensamientos de la arquera.

— No se que voy a hacer Kamala... — Kate se puso a llorar, de la desesperación e impotencia que le generaba estar en una situación así otra vez. — Ni siquiera me contesta ahora, parece un zombi. No come, no bebe, ni siquiera es capaz de mirarme. Cuando lo intenta es como si su mirada traspasara mi cuerpo y su dolor de multiplicara...

— Pero debería despedirse, por su bien...

— Ya lo se, pero no la voy a conseguir mover.

— Si quieres yo te puedo ayudar, con mis poderes no me cuesta nada moverla.

— No te preocupes, voy a intentarlo yo primero. Y si veo que necesito tu ayuda te llamo.

— Vale — le sonrió intentando mejorar un poco el estado de ánimo de la morena. — El tiempo lo cura todo Kate, en unos meses irá mejorando seguro.

— No sé si María va a ser capaz de aguantar esto. — negó secándose las lagrimas. — No sé cuánta fuerza le queda.

— Mientras te tenga a ti siempre le quedará un poco.

— Hailee era un pilar muy importante en su vida. Más de lo que nos podemos imaginar. — la chica más jóven miro al suelo pensativa, comenzando a pensar si algo así le pasará a ella algún día. Igual en vez de Hailee serían sus padres, o su hermano. ¿Quiere tanto esta vida de superhéroe como para saber vivir con las consecuencias? ¿En serio sería capaz de seguir adelante? Ella no era ni la mitad de valiente y fuerte que María o que Kate...

— Bueno Kamala, voy a volver, a ver si esta vez quiere comer algo.

— Mucho ánimo...

Kate volvió al cuarto que compartía con María con un poco de comida en la mano y agua, sabiendo que no iba a querer comer nada.

Al abrir la puerta, vio que su novia seguía en la misma posición de bola en la que estaba cuando se había ido, solo que ahora temblaba muchísimo más. Por lo que Kate dejó la comida en una esquina de la cama y se acercó al lado de María.

"Demasiada atención, Bishop"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora