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— Dios, otra vez tu... — se quejó viendo a cierta mujer conocida entrar a su pequeña celda

— Mira cría de los cojones, estás tocando mucho las narices por aquí, ¿vale? Todos estamos hartos de ti

— Vaya que pena, pues si tanto molesto dejadme ir

— Cierra la boca al menos que quieras morir

— Si no me ha podido matar una asesina profesional con un inmenso odio hacia mi, no vas a poder matarme tu. Te lo aseguro. No creo ni que puedas levantarte de tu cama sin quejarte porque te duela la espalda-

Eleanor le fue a dar una bofetada, pero la esquivó agarrándole la mano y cambiado posiciones, dejando a la mujer sentada en la cama y ella de pie enfrente suyo.

— ¡Ala! ¿Pero qué ha pasado? — se ríe

— Eres tan irritante que- – la mujer se levanta enfadada empujándola y estampándola contra la pared

— Uy, que atrevida, si fueras otra Bishop no me importaría este acercamiento — bromea haciendo enfadar aún más a la mujer

— ¡Cállate por dios!

— Vale... vale... pero cálmate, los nervios no son buenos para las personas mayores — sigue vacilando y al final se llevó un buen puñetazo en la cara.

Eleanor le agarró del cuello de la camiseta y se acercó muy cabreada.

— He venido para hacerte pasar las peores horas de tu vida, Dreykov me ha dado ese placer. Pero ahora tengo aún más ganas — sonríe y le empuja tirándole al suelo — Vamos

María se levantó divertida por hacerle enfadar y le siguió un poco hasta una sala diferente a la de la semana anterior, con una sola silla en medio y una máquina muy extraña al lado.

Toda la risa se le pasó.

Porque sabía que era.

Y sabía que no era gracioso.

Para nada.

Pero no dejó que el saber que iba a pasar le quitara los minutos que tenía para meterse con la suegra.

— Vaya, muy atrevidos habéis sido. Te ha dejado sola conmigo después de matar a una de sus mejores viudas...

— A mi no me vas a matar — Eleanor le sentó y cerró las ataduras de metal en sus muñecas y pies.

— ¿Ah, no? ¿Y por qué estás tan segura de eso?

— Porque estamos grabando todo esto — señala una cámara en una esquina — Y si me haces algo haremos parecer que yo te estaba salvando y tú me has matado, ¿y adivinas a quien le va a llegar el vídeo, verdad?

— No se creerá eso, Kate me conoce

— Pues yo creo que si — la mujer le dio dos toques en la mejilla para molestar — Las pruebas son las pruebas, y si las ve las creerá

— Pero tú hija no es imbécil como tú, ¿sabías? Y estoy segura de que ella si sabe que hay una cosa que se llama "editar vídeos". Si me llevas a la sala de comandos te puedo enseñar... Eso si, a las personas de mayor edad les cuesta más pillar las cosas pero estoy segura de que a ti te costará mucho más.

— No sé que vió en ti

— ¿Una genio, millonaria, Playboy, filántropa y divertida?

Dios, me pones de los nervios — Eleanor comenzó a poner las partes metálicas de la máquina en su cabeza y la chica solo se dejó, aunque sabía que Kate no creería los vídeos, no quería ser la responsable de la muerte de su madre. Le haría sentirse mal el resto de su vida.

"Demasiada atención, Bishop"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora