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— Me pareces muy joven para ser agente de tercer rango — Letha comento en voz alta cogiendo su comida en el comedor, sin importarle que se notara su rechazo hacia la morena.

Kate llevaba infiltrada dos semanas en una base secreta de la mafia rusa con la misión de conseguir información confidencial. Se había hecho pasar por Maya Gillian, una agente perteneciente a su base en Estados Unido que había sido trasladada.

Pero desde el primer día que puso un pie en la base de territorio ruso, la tensión, el rechazo y la desconfianza de todo el mundo hacia ella fue inmensamente notoria.

— No es culpa mía ser mejor que el resto.

— Aquí no eres mejor que nadie, rata americana, aquí cualquiera de nosotros te partimos la cabeza con un solo dedo. Así que mejor mantén la cabeza agachada no vaya a ser que me apetezca hacerlo. — le amenazó enseñándole su puño con cicatrices, pero cuando se iba a ir con su bandeja de comida, Kate cogió su bol de sopa y se lo tiro por la cabeza con una expresión de calma y superioridad.

Я бы хотел посмотреть как ты попробуешь, большой. (Me encantaría ver cómo lo intentas, grandullona.)

— Acabas de cavar tu tumb-

Что здесь происходит (Que pasa aquí.) — Una de las subdirectoras de la base interrumpió la tranquila conversación justo cuando Letha fue a agarrar a Kate para comenzar a pegarle.

Ничего (Nada.) — ambas se soltaron y bajaron la cabeza con arrepentimiento.

— No toleramos este tipo de comportamientos aquí. Sois agentes profesionales, no estáis en el momento de tiraros sopa por encima como unas niñatas. Los cadetes de primer año se saben comportar mejor que vosotras dos imbeciles. Agente Sobolev, una estupidez más como esta y estás fuera. — la mujer de unos 30 años asintió sin mirarla a los ojos y suspiró controlando su odio hacia Kate. — Y tú, agente Gillian, no lleva ni 16 días aquí y ya esta causando problemas, ¿eso es lo que quieres? ¿Problemas?

— No señor.

— Pues parece que los quieres.

— No señor.

— Yo no estuve de acuerdo con que te trajeran aquí pero la directora insistió viendo tu expediente. Más te vale espabilar porque no habrá otra oportunidad. ¿Entendido?

— Si señor.

— Ahora salid de mi vista, sois despreciables. — ambas chicas salieron sin pensárselo dos veces de la cafetería, sabiendo que ese día ya no iban a poder comer.

La mujer miró con odio a Bishop y se dirigió a su habitación sin abrir la boca, pero dirigiéndole una promesa de partirle la cara en otro momento, a lo cual Kate respondió con una sonrisa y señalándole un poco de pasta que le quedaba en el pelo.

Pero una vez se quedó sola en el pasillo, dejó de sonreír falsamente y se dio cuenta de que eran las 2 de la tarde y no iba a comer nada durante el resto del día. Cosa que no le hizo mucha gracia.

Se dirigió también a su habitación, solo queriendo que se pasara rápido el día, y la misión. Le encantaba poder estar de vuelta en el trabajo pero odiaba no poder dormir con María. Bueno, no poder verla, en general. Odiaba tumbarse en su cama sintiéndola fría, además de que esa pequeña y gris habitación le recordaba a los primeros años del blip, cuando vivió en uno de esos sitios de acogida. 

Estuvo un par de horas en silencio dibujando en su escritorio, hasta que alguien llamó a su puerta.

— La directora quiere verte. Ahora mismo. — una compañera suya, Amy, la cual era de las pocas que le hablaban, le avisó.

"Demasiada atención, Bishop"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora