03. Wisemen

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A veces me pregunto "¿Tzuyu, por qué sigues haciendo esto?"

Mirar la pared, en este caso de un verde claro, en el medio de la oscuridad de la habitación, mientras puedo sentir como los ruidos de los autos afuera de la ciudad que no duerme sigue siendo incesante.

A pesar de todo lo que pasó en la noche, encuentro las sábanas algo frías sobre mi piel, pero aún así intento agudizar todos mis sentidos...porque la curiosidad puede más que todas las incomodidades que esto acarrea...¿está dormida ya? o ¿sigue esperando?

Creo escuchar su respiración pero no estoy segura.

¿Por qué sigo haciendo esto?

No es amor. Es lo primero que viene a mi cabeza. La negación seguro de algo que no es, y no es amor. Conozco el amor y esto no se parece, no se acerca siquiera.

¿Atracción física? Tengo mejores cuerpos en la lista, candidatos no me faltan...pero sí, algo tiene su cuerpo que haga que vuelva a buscarlo una y otra vez...o quizás no sea su cuerpo, tal vez sea su cara.

Y quizás más aún, no sea su cara...sea su rostro. Parecería lo mismo, pero no lo es. Su rostro es tan diferente de todo a lo que estoy acostumbrada a ver...no lo entiendo. Indescifrable sería la palabra.

Y este es el momento de la noche que se viene repitiendo cada vez que estamos juntas en la cama. El momento en el que creo saber porqué esto aquí de nuevo.

Curiosidad.

Siento que suspira ampliamente. Mis ojos se clavan en la pared intentando descifrar que hace, y como lo esperaba, se está moviendo, siento el colchón hundirse un poco para luego elevarse de nuevo. Se ha levantado.

Las anteriores veces...todas las anteriores veces. Dejé que se fuera sin más. Parece necesitarlo, parece una rutina en lo que respecta a acostarse conmigo...o tal vez su rutina de acostarse con quién sea y ya...pero algo me dice que debería tomármelo personal.

Siempre es lo mismo. Me despierto y ella no está. Y no me refiero a no estar de "se fue sin despedirse" No, eso pasa a veces...la mayoría del tiempo es el no estar, de no estar acostada a mi lado. Siempre, si es que se queda, está en la cocina, o en el suelo sentada, o revisando algo, pero nunca a mi lado durmiendo, o a mi lado despierta cuando amanece. Eso no pasa.

Y esta noche no va a ser la excepción al parecer.

– Shiba –susurro mientras giro en la cama con lentitud.

Puedo ver su espalda desnuda y como se ha quedado inmóvil. Se queda unos segundos así y luego se agacha para tomar una playera verde, la misma que le quité horas atrás.

– Nadie me dice así – contesta también en un susurro, que es tan débil que me hace creer que fue mi imaginación – Pensé que ya estabas dormida – me dice sin mirarme.

– Pensé que tú también lo estabas, unnie – comienzo a decir, pero no sé como seguir. Ella se gira y se acerca, sentándose nuevamente en la cama.

– Lamento si te desperté.

– No importa – le contesto haciéndome para atrás y sentándome. Apoyando mi espalda en el respaldo de la cama.

Mi dorso está desnudo, así que no dudo en tomar la sábana y taparme.

Ninguna nos miramos, vemos en frente, donde un enorme plasma está apagado.

Es una imagen muy típica en este último tiempo. Los hoteles en los que solemos encontrarnos, ya sea en el que está hospedada ella, o en el que esté yo, suelen tener ese aparato en frente de la cama...algo realmente inútil si se trata de nosotras.

𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora