26. One More Night (Parte 2)

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Solo tuve que firmar la playera del enorme tipo con un cariñoso corazón y un "Para Eddie" para que justamente Eddie me dejara pasar.

Ya terminó el desfile y siempre la seguridad se vuelve en esta estancia. Igual, aún no sé muy bien que hago tras bastidores. Se supone que con solo ver a cierta persona que estoy buscando ahora, sería suficiente como para moverme del otro lado de la ciudad.

¿Qué será esto que nos impulsa a veces a buscar a alguien especial en otros? 

Como si estuviéramos interesados en alguien que suele amar las bufandas y el color rojo, y de repente, ¡Bum! Pleno interés en los modelos de invierno en tonos colorados.

Cualquier persona que lleve una bufanda roja se convierte en lo más próximo que tenemos a ese alguien especial y sentimos la necesidad de acercarnos.

Y más aún, imagínate que estás en una isla... una isla grande como es Australia, donde nadie lleva bufanda y el rojo no se ve mucho que digamos... juro que hasta sientes nostalgia del frío, y de repente, por sorpresa...

– No sabía que el itinerario de príncipes afeminados llegaban hasta Australia.

Veo la espalda de Jungkook hincharse pero no voltea a verme, solo unos segundos y sigue empacando sus cosas en su bolso.

Ahora me doy cuenta que soborné a un guardia solo para acercarme a ofender a uno de los modelos... quizás si deban mejorar más la seguridad.

– Shiba está muy lejos, como a un océano de distancia cuando poco – comento recordándolo. Es que es tan raro vernos a ambos juntos y que ella no esté de por medio.

– Mi agenda y la de mi novia no tiene por qué ser igual – comenta vagamente aún sin verme.

– Ciertamente.

Él cierra su bolso y se lo pone al hombro, gira hacia a un costado y se comienza a alejar.

– ¿Y qué haces aquí? – pregunto siguiéndolo unos cuantos pasos. Se detiene frente a un sofá donde puedo ver el estuche con su percha de lo que parece ser un traje.

– Trabajo.

– Sí, sí. Ya lo noté.

En efecto es un traje, ahora lo puedo ver mejor ya que lo sacó.

– Ya terminó el desfile, pensé que tu onda era más... casual.

– Lo es – contesta de mala gana, pero por lo menos me habla.

Se quita la camisa que lleva tirándola al sofá y se está desabrochando el panta...

– ¡¿Qué haces?! – me escandalizo mientras me volteo.

– Me visto.

– ¡Te estás desvistiendo, idiota!

– Sí... para vestirme. ¿O es que piensas que me pondré el traje encima de la ropa que usé para el desfile?

– ¡Claro que no! Pero podrías haber ido a un probador o algo.

– Este es el probador, aquí los modelos se visten y "desvisten"... la que está desubicada eres tú.

Él tiene un punto.

Espero unos minutos dada vuelta y cuando creo que ya le di tiempo, me volteo apenas. Ya está casi listo y se está abotonando la camisa blanca que eligió.

– Es muy formal. ¿Tienes otro evento? – indago, pero se detiene y ahora si levanta su mirada hacia mí.

Parece cansado y aún de mal humor, me levanta una ceja y espera. Yo me encojo de hombros.

𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora