29. Cheerleader

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Ser amiga de Sana es... diferente.

Diferente a todo lo que pensé que podría esperar de una amistad con alguien, en el sentido que no creo que pueda ser más rara la amistad o por lo menos sus comienzos.

Luego de la charla en mi departamento, se fue y no supe más de ella por semanas, lo cual está bien. Es decir, si te pones a pensar, tengo amigas a las que no les hablo por meses quizás y aún así el trato es muy bueno.

Como sea, yo hice el primer movimiento: Le mandé un mensaje preguntándole si iba a la cena inaugural de uno de los hoteles más prometedores de este año en Gangnam. Yo sabía de antemano que no iría, ya tenía otros compromisos, pero... podía preguntarle y ella contestarme. ¡Eso hacen las amigas! ¿Verdad?

Ella contestó casi al instante con la información que supuse, no iría. Un "¿Cómo estás?" "Yo muy bien, ¿y tú?" "Yo también, te vi en tal programa" "Ah si, fue divertido" "Te luciste" "Gracias" y ahí quedamos.

Es tan raro.

Es como si hubiera olvidado completamente como se supone que debo actuar frente a una amistad. Como que decir, que hacer, como respirar, todo, ¡todo! hubiera desaparecido de mi memoria.

Es como si estuvieras en kínder o antes de eso y debes aprender a como interactuar con tu medio. Bueno, así de partida me siento con Sana, y ella parece tener los mismos problemas.

Finalmente nos encontramos en un evento: Los 5 minutos más incómodos de todo el año con la conversación más vacía, normal, formal e incómoda. Juro que tuve más fluidez con el chico que me sirvió mi café esa mañana.

No sé como tener a Sana de amiga. ¡No sé! Ella tampoco lo sabe.

¿Qué se supone que debemos hacer? ¿Qué hacen las amigas? ¿Van al cine juntas? ¿A por helado? ¿De compras? ¿Chismosean sobre sus romances? ¡No puedo hacer nada de eso con ella! Porque... porque... ¡Ni siquiera sé por qué!

Es estresante.

A veces pienso que es preferible simplemente dejar las cosas así y ya. Y sí, yo dije que era importante en mi vida y que la quería tener en ella, pero no sé como. ¿Entretenerla para que se quede? ¡Ya no sé!

– Por Dios, deja ese pobre libro en paz – escucho la voz de Tae en algún lugar de la sala.

– No quiero – contesto de manera caprichosa mientras me llevo el libro a la frente y este debe ser el golpecito número 20 que me doy en la tarde.

– Haz estado haciendo desde hace semanas, ¿siquiera lo leíste?

– Sí. Va de una chica que comete adulterio en medio de un pueblo puritano donde todos la juzgan y tiene que llevar una letra "A" escarlata sobre su pecho para exteriorizar aún más la vergüenza. ¡Cómo la envidio! – anuncio dándome vuelta con el libro.

– ¿Qué?

– ¡Que al menos ella sabe lo que tiene que hacer! ¡Se lo dijeron, la obligan!

– ¿De qué estás hablando?

– ¡Mi vida no tiene sentido! – librazo en la frente.

– ¿Qué?

– ¡Nada me sale bien!

– ¿Qué... ?

– Que estaba harta de la relación que tenía con esa shiba. ¡Harta! De todas las cosas confusas, las peleas y luego el sexo, el sexo y luego las peleas... de no pelear cuando se supone que deberíamos estar peleando, del silencio, del ruido, de las dos cosas juntas, la indiferencia, la atención y luego de nuevo la indiferencia. Y luego tuve la brillante idea de acabarlo todo y tener una amistad con ella, es decir, hacer todas las cosas que no eran torturas para ambas, eso me gustaba. ¡Podía hacer eso! Conversar, salir, comer algo. ¡Eso era lindo! ¿Entiendes? – pregunto, y él asiente aunque no muy convencido – Pero el único problema es que no recuerdo como se hacían esas cosas. ¡Eran fáciles!

𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐆𝐎 ─── satzuWhere stories live. Discover now