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— Así que... _____ — Bakugo y el niño se encontraban en medio de la sala, rodeados de algunos de los estudiantes que estaban fascinados con el niño, Bakugo se encontraba sentado en el sillón, mientras el niño se encontraba sentado frente el, dibujando lo que según el, era un hermoso retrato de Hagakure.

— Neee así que hagakure se ve así... Dibujas muy bien _____ — Uraraka revolvió su cabello con una leve sonrisa, todos no podían evitar verlo con una ternura casi inimaginable.

— gra-gracias Udadaka — a pesar de todo, casi nadie notaba que el niño se sentía incomodo, Bakugo lo miraba tan fijamente que solo hacia que el miedo floreciera dentro de el, no sabia que hacer, así que simplemente intentaba relacionarse con la demás gente, se sentía extraño.

Sus ojos ardían levemente cada vez que miraba a la chica transparente, sus miedos florecían por Bakugo, y el tener tantas personas junto a el lo hacían sentir demasiado asfixiado.

En medio de su revoltura, el niño desvió la mirada hacia cierto rubio extravagante, su mente hizo "click", por un segundo, recordando verlo en fotos de Shigaraki, lo recordaba correctamente, el estaba al lado de la foto de Dabi.

Aoyama, por su parte sintió un miedo recorrerle de pues a cabeza, estaba metido en un gran aprieto si es que aquel niño había logrado ver alguna foto de el y lo delataba,  aparte no podía ignorar los constantes mensajes sobre "encuentra la forma de salvar al niño de los heroes".

Estaba simplemente muerto si no hacia bien las cosas.

— Aoyama... AOYAMA! — el fuerte grito de Sero lo saco de su mente, varios lo miraban de manera preocupada, su piel de se había puesto pálida y sudor no dejaba de bajar por su frente.

— S-si... solo... no dejo de pensar en lo que pudo sufrir el... tuvo que ser horrible — su tono se desvió levemente evitando cruzar la mirada con todos.

— Tienes razón... esta demasiado pequeño para su edad... y las cicatrices en su cuerpo son horrible... pero al menos Bakugo logro salvarlo, ahora esta con nosotros y eso es lo importante — Hablo Kirishima saliendo un poco de la cocina mirando la sala y el como el niño se entretenía dibujando y mirando una caricatura bajo la vigilancia de Bakugo.

— Pero bueno... lo mejor será terminar de preparar la comida, Aoyama... seria bueno que fueras a descansar, no te vez bien — le sonrió levemente Sero, mientras le daba unas palmadas en el hombro, dejándolo en donde mismo, Aoyama, no sabia que hacer.

Todo paso en calma, las chicas acomodaban la mesa mientras los chicos cocinaban y bakugo cuidaba al niño, era un ambiente relativamente tranquilo y amigable.

— Ya esta la comida! — grito Denki quitándose el mandil rosado mientras detrás de el, pasaban el resto de chicos con los platos listos para comer.

— Vente mocoso — lo cargo sobre uno de sus brazos, acercándose con calma al comedor, lo sento arriba de una pila de libros para que alcanzara a ver correctamente.

Todos empezaron a comer correctamente, el niño fruncio levemente el ceño al ver el tenedor de metal y las verduras verdes, Kurogiri nunca se las daba... al menos no de esa forma, eran demasiado grandes para el pequeño, de todos modos, intento comerla, solo logrando hacer una fea cara que llamo la atención de todos.

— ¿Qué pasa mocoso?, ¿no te gusto? — Todos miraban con algo de gracia el como Bakugou cuidaba del niño, que ahora tenia una cara de asco al ver el plato frente a el.

— ....E-e vede e feo — susurro con la mirada baja, casi de una forma inaudible, el rubio cenizo lo miro por unos segundos antes de quitarle un pequeño brócoli y ponerlo al lado de Deku.

— Enano... mira, son iguales — el niño giro algo temeroso, mas al ver como este tenia razón, no pudo evitar en soltar una pequeña risa.

— Brocodi, brocodi! — grito apuntando al peli verde con gracia, haciendo que este se sonrojara un poco.

— Bien... entonces lo comerás? — lo miro con una tenue sonrisa, con la mirada relajada y siendo, extrañamente para el resto, amable y algo cariñoso.

— ... No

Kurogiri, había perdido la cuenta de horas que Shigaraki había pasado mirando por la ventana y rascando su cuello con fuerza, estaban en una vieja bodega abandonada, y el ambiente no era el mejor, todos estaban tensos y ninguno parecía querer camb...

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Kurogiri, había perdido la cuenta de horas que Shigaraki había pasado mirando por la ventana y rascando su cuello con fuerza, estaban en una vieja bodega abandonada, y el ambiente no era el mejor, todos estaban tensos y ninguno parecía querer cambiar aquello.

Dabi por su parte, no dejaba de mandarle mensajes a Aoyama y pedirle información del niño, aun pareciera que no... extrañaba demasiado al niño, era ilógico, pero era, como tener nuevamente una familia cuando el se encontraba con ellos.

— El... estará bien... verdad? — Shigaraki susurro cuando Dabi dejo el celular por unos segundos, suspirando ruidosamente.

— Son héroes... estará bien — encono Kurogiri mirando como toga quedaba dormida sobre una de las viejas camillas, arropándola con cuidado.

— Por eso mismo me preocupa — dijo en un tono mucho mas apagado Shigaraki, realmente, no se encontraba bien.

Mi Pequeño NiñoWhere stories live. Discover now