CAPÍTULO 4.

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Yahwi cayó sobre el escritorio dormido sin preocuparse de nada sólo quería un descanso por todo el trabajo que hizo y que mejor que en la oficina de su jefe.

Cain estaba esperando a Yahwi pero éste no aparecía por lo que decidió ir a buscarlo encontrando a este dormido se veía adorable pero no era tiempo de dormir así que tuvo que acercarse para tratar de despertarlo pero Yahwi era difícil.

— Go Yahwi, ¿otra vez durmiendo en la oficina?

— Mamá cinco minutos más prometo hacer mis deberes.

El rubio miraba con curiosad al pelinegro era hermoso pero no podía dejarlo dormir más o perderían una junta importante.

— No soy tu mamá, soy tu Jefe, Cain Lupus y si sigues durmiendo te bajare el sueldo.

Yahwi al instante se puso de pie mirando a Cain quien comenzó a reír que idiota nuevamente su jefe lo habia descubierto durmiendo y lo más vergonzoso es que lo llamó mamá.

— L- Lo siento no volverá a ocurrir no baje mi sueldo.

Yahwi bajo la cabeza en modo de disculpa esperando que no le gritara o lo despidiera.

— Era una broma, vamos, eres mi mejor secretario, no quiero perder la reunión es muy importante para la empresa.

— Sí, vayamos, ya tengo todo listo, mucha suerte Señor Lupus, vera que todo saldrá bien.

— Eso espero, después te invito a beber algo. ¿Aceptas?

— Yo–... bueno, ya que es usted acepto pero sólo unos tragos y nada más por que no quiero venir al trabajo sin energías.

Ambos rieron y fueron juntos a la sala de reuniones que sólo esperaban por ellos. Salieron después de tres horas Yahwi tenía un dolor en el trasero por estar sentado escuchando a los ancianos quejarse por la edad de Cain que era demasiado joven pero finalmente aceptaron el trato al descubrir lo talentoso que era.

— Esos ancianos arrugados son detestables siempre desconfían de personas como nosotros por no tener aún familia y estar en una edad temprana según ellos.

— Lo se, siempre nos juzgan por la edad pero terminamos con ellos, así que brindemos y que todos los proyectos sean exitosos.

Los dos bebían juntos en un bar de lujo favorito de Cain pues tenía su propia cabina donde tenían privacidad perfecta para evitar personas molestas que buscan dinero.

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El alcohol se apoderó de ambos ellos comenzaron a coquetear y bromear en doble sentido hasta que Cain jalo a Yahwi para sentarlo en sus piernas acariciando la cintura.

Sus miradas se cruzaron ¿debían cruzar la línea?, Yahwi quería irse pero los labios de Cain atraparon los suyos por un momento pensó que estaba mal pero al demonio él era tan atractivo debían aprovechar y no sólo eso ambos estaban dispuestos a volverse uno esa noche.

La ropa fue desapareciendo y cayendo al suelo, Caín recostó a Yahwi sobre el sofá ahora sólo tenía que quitarle esos molestos bóxer para hacerlo suyo ahí mismo.

— ¡Espera, es mejor que nos detengamos ahora estamos ebrios no es incorrecto además eres mi Jefe!

— Mierda Yahwi no puedo aguantarlo más, no tengas miedo, no diré nada, puedes confiar en mi además no hay nadie más en esta cabina que tú y yo, quedará en absoluto secreto.

— No es eso, sólo que yo bueno no puedo es que..

— ¿Qué?, ¿no te gusto a caso?, tú a mi me gustas, así que por que estaría mal.

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