Pedri. Quédate

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Soñaba con él menos de lo que ella quisiera

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Soñaba con él menos de lo que ella quisiera. Con sus manos. Con el tacto de su boca en su piel. Con esos besos que la dejaron sin sentido. Y con la noche de magnifico e increíble sexo que aún rememoraba en su cabeza en esos momentos en los que se encontraba triste y abatida. Fue un encuentro casual. En una discoteca. Como la mayoría de las relaciones que acaban en sexo. 

Ellos acabaron en un hotel. Toda la noche dejándose llevar por la pasión y el desenfreno de dos personas que no se conocen pero que están dispuestas a darlo todo sin más complicaciones.  Casi un mes después y no era capaz de olvidar ese encuentro. 

Esa mañana, Mabel se encontraba delante del despacho de su jefe mirándolo con cara de fastidio. Tenía un nuevo trabajo, del cual se estaba quejando desde que supo de que se trataba. 

- ¿Un futbolista? ¿en serio? -le preguntó ella cerrando la carpeta y dejándola encima de la mesa con muy malos modos.

- Está amenazado de muerte por los hinchas del Barcelona y creemos que el dueño de su antiguo club, está detrás de esto. Ya ha sufrido un intento de atentado, y su nuevo club, el Real Madrid, quiere alguien externo -le explicó su jefe para intentar convencerla de algo con lo que no parecía estar muy de acuerdo. 

- ¿Y tengo que ser yo?

- Eres perfecta para este trabajo, Mabel, y lo sabes. Y ellos me han pedido a la mejor -le dijo su jefe diciéndole lo evidente.

- ¿Y no será muy cantoso que una chica sea su guardaespaldas? Me verán venir enseguida -añadió ella para ver si podía hacerlo desistir.

- Haremos una coartada creíble. Diremos que trabajas en el club somo su relaciones públicas, su jefa de prensa o su fisioterapeuta...algo así, Mabel.

- ¿Y cuando piensas decirme quien es? -le preguntó ella cruzando sus brazos, asumiendo ya, lo evidente, tendría que proteger a un futbolista. 

- Esta tarde vamos a las oficinas del club y te lo digo. Ya sabes como somos con nuestros clientes, hasta que nos os presentemos oficialmente, no sabrás nada de él -le recordó él, la norma de la empresa. 

- Genial, entonces. Lo haces porque sabes que odio a los futbolistas.

- Por eso mismo, Mabel. A las 17.00 nos vemos en el Bernabéu. Ve con ropa informal, como si fueras a visitar el estadio -su jefe le tendió una tarjeta de plástico, la cual era una acreditación- con esto podrás entrar en todos sitios. Busca la oficina del director de la Fundación del Real Madrid. Allí nos veremos.

Mabel miró la tarjeta y emitió un sonoro suspiro de fastidio mirando a su jefe.

¿Porqué se temía que esto no iba a ser una buena idea?

¿Porqué se temía que esto no iba a ser una buena idea?

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Historias cortas que pensé mientras dormíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora