🔥Sebastián Vettel. Mi chica

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*** Esta historia iba a ser en principio otra de las HOT, y además iba a ser un regalo para mi niña Bianca, bianpaggi05 . Así que, haremos un poquito de HOT con su buena trama y una sorpresa.

Una de mis series preferidas es HIJOS DE LA ANARQUÍA, así que, por hacer algo diferente, he pensado basar esta historia en ella. Espero que os guste ***

El rubio de profunda mirada le dio un sorbo a su tercera cerveza de la noche, mientras maldecía en silencio

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El rubio de profunda mirada le dio un sorbo a su tercera cerveza de la noche, mientras maldecía en silencio. Su club estaba lleno de todos sus miembros, así como de los novatos. Las esposas y novias de estos, y las chicas que no tenían hombre que bailaban y disfrutaban de la fiesta, sabiendo que pronto, más de uno se retiraría a su habitación, siendo ellas sus acompañantes.

Y él, mientras allí, sin poder apartar su mirada de ella. De Bianca, de la pequeña Bianca que ya no lo era tanto. 18 años cumplía hoy. Toda una mujer. Una que volvía locos a los miembros solteros del club así como a los novatos. Incluyéndose él. Aunque por suerte, sus deseos por la castaña, pasaban desapercibidos para todos.

-Presi. Pasado mañana llega el cargamento. Ya les he dicho a los prospect (novatos) que irían con nosotros. Creo que ya va siendo hora de sentar a la mesa a uno de ellos -quien le hablaba era Max, su lugarteniente y uno de los vicepresidentes del club.

Los "Ángeles del Demonio" eran uno de los clubs de motos más activos de esta zona. Bajo un negocio legal de venta de vehículos, se escondía toda una red de tráfico de armas que operaban por todo el país, y parte del extranjero. Sus miembros eran respetados y temidos en la comunidad, pues si eras amigo de ellos, te ganabas su protección. Y si no, más te valía huir, pues nada te salvaría de las consecuencias de sus represalias.

-¿Irá Norris? -Sebastián, o el presi, volvió a darle otro trago a la cerveza, acomodándose el miembro en los pantalones, e intentando desviar su mirada de Bianca.

-Irá. Espero que por su bien pase la prueba.

-Lo hará. Tiene los huevos bien puestos. Bueno, me retiro ya, ¿te encargas de todo? -Sebastián dejó el resto de su cerveza en una de las sillas, y se incorporó poniéndose en pie con rapidez. Debía salir de aquí lo antes posible y no ver más el sensual baile de Bianca, la cual amenazaba con subirse a una mesa.

-Claro, sin problema, ¿te vas solo? mira que hay algunas chicas dispuestas a calentarte la cama -Max le señaló a dos rubias de escote provocador, que lo miraban riéndose entre sí.

-Esta noche no -su mirada se dirigió de nuevo a Bianca, y negó con su cabeza apartando los malos pensamientos que estaba teniendo sobre ella, él y una cama- me voy a casa. Dile a tu mujer que me mande mañana la comida y las cuentas. Me quedaré allí repasándolo todo.

Sebastián salió de la sala de común, con la fiesta en su pleno apogeo. Pues, o hacía eso, o mucho se temía que no sería capaz de controlar las ganas que tenía de la chica. La había visto crecer. Convertirse en una mujer delante de sus ojos. Había sido una niña. Una que se sentaba en sus rodillas. Y por eso, lo que sentía ahora mismo, estaba mal. Muy mal. Él era un hombre. Un maduro y experto hombre. Y ella, era sólo una niña convirtiéndose en mujer.

Historias cortas que pensé mientras dormíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora