Historias cortas sobre deportistas.
Alguna de estas historias las he soñado.
Otras las he imaginado.
Y el resto, son producto de mis deseos.
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ESTA HISTORIA CONTIENE LENGUAJE ADULTO ASÍ COMO CONTENIDO MADURO
SE DESCRIBEN ESCENAS ERÓTIC...
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📅 PLAYA PETITE AFRIQUE
📅 PRINCIPIOS DE AGOSTO
Cuando mi hermana pequeña Camille, me propuso irme unos días de vacaciones a la playa con ella y unos amigos, al principio le dije que no, pero, era eso o quedarme sola en casa con mis padres. Porque si, vivo con mis padres. Tuve que volver hace unos meses porque el capullo de mi ex decidió irse de "año sabático" a la India, y me dejó en la puta calle. Menos mal que tengo a mis padres porque la perspectiva de buscar piso es algo que aún no me apetece.
Así que, acepté la proposición de mi hermana, y cual no fue mi sorpresa, que uno de sus amigos era Charles Leclerc, uno de mis compañeros de Facultad. Hacia mucho tiempo que no nos veíamos, pero al parecer, él si ha estado en contacto con mi hermana. Demasiado, diría yo, a juzgar por los tonteos que me trae. Aunque bueno, el resto de la pandilla la componen el hermano pequeño de mi compañero, Arthur y tres chicos más amigos de Charles. Si no llego a venir, Camille hubiera estado sola con cinco chicos, y a saber que hubiera pasado.
-Vamos Thais, elige uno. Mira que catálogo de tíos buenos tienes delante.
Le gruño a mi hermana rodando mis ojos para acompañar mi molestia. Pero, acabo sucumbiendo y miro a través de mis gafas de sol, como los chicos juegan en la arena al voley. Los cinco tienen un cuerpazo, pero si tuviera que elegir a uno, me quedaba con Arthur. El pequeñin del grupo tiene algo que me atrae sin remedio. Algo de lo que debo alejarme.
-Me voy al agua -dejo mis gafas de sol en la toalla y me pongo en pie dirigiéndome hacia la playa.
Hoy el mar está mas calmado, pues aún recuerdo que ayer casi ni nos bañamos de las olas que había. En cuanto pongo un pie en el agua, me sumerjo buceando y nadando un buen rato. No escuchar la cháchara de mi hermana sobre los tíos es bastante relajante. Me quedo mirando el horizonte dejándome llevar por las olas, cuando siento una presencia a mi lado. Al girarme y ver que es Arthur quien viene hacia mi, los agitados latidos de mi corazón, me sorprenden por su rapidez.
-¿Estás bien? -es lo primero que me pregunta Arthur nada más verme. Le sonrío para que sepa que lo estoy y dejo que se acerque hasta estar a pocos centímetros el uno del otro.
-¿Quién ha ganado?
-Ni idea. Me he hartado cuando se peleaban por un punto que no era -la sonrisa de Arthur mientras me lo cuenta es algo que también llama mi atención. Se le forma un pequeño hoyuelo cuando lo hace, mostrándose irresistible con él.
-A algunos os gusta demasiado competir -me burlo de Arthur pues durante todo el partido improvisado que han echado, no han dejado de gritarse los unos a los otros.
-Depende de lo que se juegue.
-¿Habíais apostado por algo? -Arthur me da una enigmática sonrisa que me hace desconfiar de él y de sus intenciones.
