05: Ohm

1.1K 216 133
                                    


Nanon y yo, somos amigos.

Me siento junto a él, todos los días, y salimos a comer juntos.

Eso es agradable, porque a él si le ponen comida de verdad para el almuerzo.

Como papá está solo conmigo, y tiene mucho trabajo, nunca me prepara algo rico.

No tiene tiempo, así que siempre solo me pone una bolsa con papas o la pizza que haya sobrado de la cena.

—¿Entonces esa hoja no es verde? —pregunta confundido partiendo su sándwich en dos y me da un pedazo.

—No, es naranja, pero no el naranja brillante del cielo cuando el sol se va, es un naranja descolorido, y luego se pone marrón, cuando termina de morir.

—Es triste.

—Creo que suena triste, pero no es feo, solo es diferente.

—Entiendo —responde mordiendo un pedazo de pan y mueve la cabeza afirmativamente.

Se queda un rato en silencio, y luego vuelve a preguntar.

—¿Y cómo eres tú, Ohm?

—No lo sé —digo pensándolo muy bien, porque nunca me había detenido a analizar cómo soy.

Él deja su sándwich a un lado y busca con la mano su caja de jugo.

Toma un poco y luego se limpia en su ropa, acomodándose más cerca de mí.

—¿Puedo tocar? —pregunta mirando hacia la derecha.

—Sí.

Sus manos primero se detienen en mi cabello y sonríe, acariciándolo.

—Es diferente al mío —dice bajando cerca a mis oídos— ¿De qué color es?

—Como negro.

—Está bien —susurra pasando los dedos hacia mi mejilla— estás caliente, ¿te sientes mal?

—Estoy bien —respondo jugando con mis pies.

Es que se siente raro que estemos tan cerca.

Yo nunca antes me sentí tan observado, como en este momento.

Cierro los ojos cuando va por mis cejas y mueve suavemente su pulgar sobre mis pestañas.

—Me gusta tu nariz —dice suavemente y cuando lo veo, está sonrojado, igual que yo, deslizando uno de sus dedos por el centro de mi cara— tus labios son muy suaves, creo que eres lindo.

—¿Yo?

—Sí —susurra con clara vergüenza.

—No, pero tú eres el niño más bonito de todos.

—No es cierto, yo soy defectuoso, y mis ojos son feos.

—Tus ojos son muy bonitos —digo frunciendo el ceño, y me pregunto si esa es la razón por la que siempre está tratando de cubrirlos.

—¿Lo son?

—Sí, a mí me gustan mucho.

Me pone más nervioso que se quede en silencio, así que pienso rápido y agarro la otra cajita de jugo.

Tengo que cambiar de tema.

—Hoy me tocó el jugo de fresa, así que es rosa.

—Tú dijiste que el rosa es como el amor, que muchos dicen que el rojo lo es, pero para ti es muy cálido, en cambio el rosa es más dulce y suave.

Asiento, mirando sus labios.

—Como tú —respondo sin pensarlo.

—¿Yo soy como el rosa?

—Tú eres como una caja con todos los colores.

Mírame | OhmnanonWhere stories live. Discover now