Hay una pregunta que siempre me hacen a donde sea que vaya y mi mente vuela por muchos recuerdos, cuando tengo que responder.
—Alguien me dijo hace mucho tiempo que era el mejor dibujador y yo le creí, así que esa es la razón, porque a veces la confianza que una persona puede darte es suficiente para que te sientas capaz de hacerlo todo —digo para finalizar.
Escucho como las personas aplauden y me alejo de ellos, para caminar hasta el balcón que hay en el piso.
Necesito aire y siento la brisa, desde que llegué al lugar.
Puedo oír las hojas de los árboles moverse por eso supongo que es un jardín, así que solo sonrío soltando un suspiro, hasta que siento que alguien se para a mi lado.
—Hola —dice suavemente y puedo percibir inseguridad en su voz.
—Hola —respondo girando un poco a su lado, porque no quiero que piense que soy descortés.
Se queda en silencio unos segundos y resopla.
Eso es un poco raro.
—Lo que haces es fantástico.
—Gracias —susurro volteando un poco más y le sonrío.
—Lo entiendo, es decir, entiendo lo que intentas transmitir.
—¿Qué intento transmitir?
—Creo que no son solo colores, porque los pintas como sensaciones.
—Aprendí a ver los colores de esa manera —le cuento tranquilamente— alguien me los explicó así, para que pueda entenderlos.
—Eso hace tu trabajo especial, porque tu arte me transmite lo mismo que me transmite hablarte, así que es muy tú.
Sus palabras me suenan extrañamente agradables, pero no sé qué más decirle.
—Nanon —dice lento y mi cuerpo se estremece.
Cuando dice mi nombre, se escucha diferente a como lo dicen todos los demás, y eso solo me había pasado con una persona antes.
Mi mamá siempre me decía que no era posible, pero fui insistente con el tema.
Aún creo que tu nombre se escucha diferente, cuando lo dice la persona que amas.
—¿Sí?
Él no responde y pone un papel en mis manos, así que llevo mis dedos rápidamente a buscar qué es lo que tiene.
—Lo siento, aún he estado decidiendo cuando iba a ser el momento adecuado para ir a verte —dice mientras delineo el crayón que sé que es mío— pero creo que tardé mucho.
Paso algunos segundos respirando profundo, para calmar a mi corazón y regreso mi mirada hacia el frente.
No puedo negar que quiero golpearlo, pero estoy tan feliz por esto, que no me atrevo a hacerlo.
—Es un dibujo horrible —respondo con la voz quebrada y me sostengo de la baranda, para tratar de seguir firme.
Realmente el dibujo es horrible, lo sé porque ahora soy muy bueno y puedo sentir por la textura que ni siquiera tiene la forma de una hoja.
—Es mi dibujo favorito del mundo.
—Pues no tienes idea de lo que es el arte y me mentiste al decirme que era bueno.
—No, juro que lo es, y nunca dejará de ser el mejor.
—No es verdad.
—Es más que solo lo que está acá —indica poniendo una mano sobre la mía y me tranquiliza un poco saber que no soy el único que está temblando.
—Bueno, tengo muchos más dibujos horribles para ti.
—¿Los tienes?
—Te dije que estaría dibujando hasta que volvieras.
