14. La oscuridad de la naturaleza

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Me puse de pie con cuidado porque había despertado hace poco, pero no me sentí cansada o débil en absoluto. Me coloqué los zapatos y la chaqueta que estaba a un lado de mi camilla y salí de la enfermería. Will y Daniel aún seguían ahí y en cuanto me vieron se levantaron de sus asientos, pero no se acercaron.

—Perdón por haberlos tratado mal —dije—. Necesitaba estar sola.

—¿Te sientes bien ahora? —preguntó Daniel.

—Sí, estoy bien —respondí—. ¿Adam ya les contó?

—Sí, acaba de irse con Emily —respondió Will.

Me acerqué a ellos y pensé muy bien lo que estaba a punto de preguntarles. Necesitaba saber más al respecto de cuando un guardián salva a su asignado. Ellos eran los únicos guardianes que conocía, así que no me quedaba de otra.

—¿Es cierto que cuando un guardián salva a su asignado este se pierde a sí mismo? —pregunté.

Ambos se dieron una mirada cómplice y se pusieron nerviosos.

—Por favor, necesito que me respondan —pedí.

—Cam, es...

—Sí, es cierto —dijo Daniel interrumpiendo a William.

—Daniel —dijo Will y frunció el ceño—. ¿Por qué eres tan directo?

—Es lo que necesita saber —dijo el otro ángel.

—Entonces, ¿el desvínculo no es lo peor que puede pasar? —pregunté esta vez mirando a quien fue mi guardián en el pasado.

—No, Cam. No lo es —respondió Will.

—¿Por qué lo hiciste entonces? ¿Por qué me trajiste de vuelta a la vida sabiendo las consecuencias? —Mi voz permaneció estable, pero lo único que quería hacer era llorar.

Aún no podía conciliar de que esa era la razón por la que yo era diferente a las demás Camille.

—En ese momento no lo pensé. Lo único que quería era salvarte y era mi deber.

—¿Aún sabiendo que podía consumirme a mi misma? ¿Volverme loca?

—Pero no lo hiciste.

—¿No, Will? ¿Estás seguro de que esa no es la razón de mis poderes oscuros como hechicera? ¿Estás seguro de que esa no es la razón de que estos estúpidos poderes que me dieron seres poderosos controlen mi cuerpo?

—No puedes culparme —dijo alzando un poco la voz—. Solo intentaba salvarte. Tú hubieses hecho lo mismo en mi lugar, ¿no?

Me quedé en silencio un momento porque era verdad. En un momento así ni siquiera hubiese dudado en salvar a alguien a quien amo, no hubiese pensado en las consecuencias. Podía entender también que era su deber como guardián hacer lo que estuviera en su poder para salvarme. Sin embargo, no podía dejar de pensar en que hubiese pasado si no hubiese muerto aquella vez.

—¿Por qué sucede eso? —pregunté—. ¿Por qué un asignado puede volverse loco?

—La necromancia de los ángeles es mucho más poderosa que cualquier otra —explicó Will—. Ese tipo de energía de los ángeles es algo que nadie puede contener en su cuerpo, aunque se trate de un nefilim. Aquel proceso se hace sabiendo que puede funcionar o no. Tú probablemente lo soportaste porque tus poderes van más allá que el de los ángeles. Eres capaz de contenerlos en ti.

—Pero en ese entonces mis poderes no estaban presentes en mí.

—No se habían despertado del todo, pero estaban ahí. De todos modos, te afectó y sabes muy bien cómo.

LOS CAÍDOS #7 - DescendienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora