30. A tu lado, me siento a salvo

322 47 5
                                    

Al pasar por afuera de la oficina de la directora de los Hunter, me di cuenta de que Blas estaba sentado en una de las sillas al lado de la puerta. Me pareció extraño verlo allí, así que me acerqué para preguntarle si algo había pasado.

—¿Estás bien?

—¡Camille! —exclamó, mientras se ponía de pie y luego se volvió a sentar—. Estaba esperándote.

—Ni siquiera me viste entrar.

—Estaba distraído —respondió

—¿Ya viste a Daniel? ¿Te contó lo que pasó?

—Sí. Nada bonito para Will, ¿no?

Miró hacia otro lado y se quedó en completo silencio, lo cual se me hizo raro porque Blas suele hablar mucho. —Blas, ¿de verdad estás bien?

—Creo que no —respondió en voz baja y apretó los puños.

—¿Quieres ir a afuera a tomar aire fresco?

Asintió rápidamente y lo tomé de la mano para guiarlo. Su piel estaba fría, lo cual me causó escalofríos, pero no comenté nada al respecto. El aire que corría afuera era tibio como si se tratara de un día de verano muy caluroso, pero no hacía calor en absoluto. El chico a mi lado respiró profundo varias veces y cerró los ojos fuertemente. Su respiración estaba algo agitada.

—Las nubes se ven bonitas hoy, ¿no? —comenté para distraerlo—. ¿Qué piensas de ellas? ¿Recuerdas cuánto amabas dibujarlas cuando éramos niños?

—Me acuerdo de eso, sí —respondió con dificultad—. Tú siempre las pintabas rosadas y yo me enojaba.

—Eras un perfeccionista en ese entonces.

—Lo era —dijo esta vez respirando con más tranquilidad.

—¿Cómo te sientes?

—Pensé que me iba a morir —respondió.

—¿Crees saber por qué te dio ese ataque?

—Anoche...—Hizo un ademán con las manos y después se las pasó por la cara frustrado—. Anoche soñé con él. Soñé con Lucifer. Entraba a la academia para poseer mi cuerpo, Cam. Fue horrible. Casi lo hizo, pero justo desperté. No es la primera vez que sueño con él.

—Creo que a partir de ahora deberías pasar más tiempo con Daniel.

—Yo no creo que él pueda controlar mis sueños o ¿si?

—Los guardianes tienen capacidades que ningún otro ángel tiene. ¿Le contaste al respecto?

—No.

—Deberías, ¿si? Confía en él.

—Confío en él, pero tengo miedo. Preferiría pasar más tiempo contigo. A tu lado, me siento a salvo.

Al escuchar sus palabras, sentí como si tomaran mi corazón y lo estrujaran hasta dejarlo seco. Blas siempre fue el que quería cuidar de Mia y de mí. Siempre fue muy protector con nosotras y no hubo ningún momento en que no demostrara su valentía cuando se trataba de protegernos. Verlo así tan indefenso me hacía creer que Lucifer había hecho más que jugar con su mente cuando estuvo con Jas en su Reino. Debió hacerle algo más.

—¿Estás seguro?

—Por favor, James —suplicó.

—Ni siquiera tienes que pedírmelo. Solo te pregunto por tu comodidad.

—Tú deberías ser mi guardiana, no Daniel —dijo esta vez bromeando.

A pesar de que se puso a reír, podía ver el miedo en sus ojos. Que Lucifer se aparezca en tus sueños debe ser perturbador, más aún si no sabes por qué o qué hacer para remediarlo. Claro que no le diría a Blas que pensaba que no se trataba solo de sueños porque no quería inquietarlo más.

LOS CAÍDOS #7 - DescendienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora