Capitulo 9

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No hizo falta que la alarma sonara mas de dos tintineo pues al primero mis ojos se abrieron y con ellos una sonrisa de oreja a oreja se formo en mi rostro, hoy Cristian pasara por mi para irnos al instituto, para ser sincera tengo una revuelta de sentimientos dentro de mi, por una parte estoy nerviosa y a la vez feliz por ver a Cristian he irme con él, pero también me siento extraña y triste porque no sera Cedric al que vea frente a mi puerta esta mañana.

Después de nuestra conversación del día anterior Credic y yo no habíamos vuelto hablar, en el instituto nos encontramos unas cuentas veces entre los pasillos pero ninguno hicimos el mínimo intento de acercarse, solo nos quedamos mirando fijamente, perdiéndonos en los sentimientos y sensaciones que reflejan nuestros ojos, a pesar del acuerdos que llegamos él sigue siendo mi novio, y aunque dentro de poco tiempo ya no lo sea en mi corazón siempre llevare los recuerdos del amor que una vez nos unió.

Recordando las palabras que me dijo Cristian en Nueva York elegí ponerme unos jeans negros con un top negro junto con una camisa de cuadros rojos con negro sin abotonar y mis convers blancas, decidí ponerme un labial rojo para terminar de combinar todo.

Cuando entre a la cocina encontré a Emily preparando el desayuno, aprovecho para preguntar si quería desayunar con ella y mi padre a lo que yo conteste que no, sin mas tome una manzana y una botella de zumo de naranja para ir comiendo en el camino, antes de que llegara a la puerta de mi casa Cristian me mando mensaje de que había llegado, leer esas palabras provocaron que mis nervios aumentaran.

Al salir de casa vi a Cristian saliendo de un Mustang negro, con cada paso que daba para acercarme a él me costaba creer que esto fuera la realidad y no un sueño, al estar frente a él se inclino para darme un beso en la mejilla, ese solo tacto de sus labios con mi piel provoco que me diera cuenta que esto era real.

–Buenos días ojos de cielo– dijo alegándose de mi mejillas, no pude evitar que se formara una sonrisa al escuchar su voz.

–Buenos días Cristian– dije sin apartar mi mirada de la suya.– ¿Así es como me llamaras ahora? –

–¿Te molesta que lo haga?– pregunto enarcando una ceja pero también con una sonrisa ladina.

–Para nada al contrario me gusta, es tierno y único– respondí con sinceridad.

–Me alegra saber que te gusta– dijo mientras que daba la vuelta a su carro y abría la puerta del copiloto para que subiera.

Su carro tenia un olor peculiar entre su colonia y granos de café.

–Antes de que lo olvide, como no se como tomas el café improvise y te compre este– dijo extendiendo un vaso de café con el logotipo de mi cafetería favorita. –Espero te guste– dijo con una sonrisa tierna.

–¿Cómo sabías que tomo café en las mañanas? – pregunte sorprendida pero a la vez encantada con su detalle.

–Desde que empece acercarme a ti he notado que aparte de tu aroma a rosas durante el día tienes un ligero toque a café, así que llegue a la conclusión que eres de las personas que necesita un buen café para iniciar su día– respondió, dejándome no se si mas sorprendida o enamorada de él.

–¿Alguna vez te han dicho que eres encantador? – pregunte poniendo mi mano en su mejillas para acariciarla con ternura

–Hasta ahora tú has sido la única– dijo mientras quitaba mi mano de su mejilla para besarla con ternura.

Sus labios eran suaves delgados con un color carmesí que te incitaba a querer probarlos, cada vez que sentía esos labios besar mi mejilla mi mano o mi frente se hacían mas grande mis ganas de que esos besos fueran a mis labios.

Ojos de cielo Where stories live. Discover now