Capitulo 10

18 3 1
                                    

Entrando a casa encontré a Emily en la cocina atareada con la cena por lo que supuse que mi padre aun no llegaba a casa, no me sentía con ánimos de conversar así que decidí subir a mi habitación, antes de que pudiera empezar a subir las escaleras escuche como la puerta de la casa se abría y entraba mi padre.

No quería que me viera pues sabia que me haría mil preguntas sobre la recaudación y siendo sincera no quería hablar nada relacionado con el día de hoy, si lo hacía lo primero que se me vendría a la mente serían las palabras de Cedric, esas palabras que me destrozaron lentamente y dolorosamente el corazón, de tan solo pensar en su nombre siento como mis ojos empiezan a cristalizarse y como el nudo en mi garganta que poco a poco iba desapareciendo va creciendo nuevamente.

–¿Piensas subir a tu habitación sin saludarme? – dijo mi padre tras de mi.

–Lo siento, estoy cansada– dije acercándome a él sin mirarlo para darle un beso en la mejilla en forma de saludo.

Cuando ya me disponía a subir a mi habitación apareció Emily para saludar a mi padre y preguntarme si quería cenar.

–No tengo hambre, gracias– dije dándoles la espalda para que no vieran el desastre que era en estos momentos.

–¿Segura?, desde la mañana no he visto que comas algo– dijo provocando la atención de mi padre por eso ultimo.

–Desde la mañana– repitió mi padre y pude sentir su mirada tras de mi. –¿Se puede saber el motivo de tu falta de apetito? –

–No hay ningún motivo papá solo no tengo hambre– dije notando como el nudo en mi garganta impedía que mi voz sonara normal.

–A ver ven para acá Cinthya– dijo con voz autoritaria.

Tuve que tomar una gran bocanada de aire y aclararme la garganta disimuladamente para que al momento de hablar con él mi voz sonara lo mas normal posible.

–¿Hay algo que quieras decirme? – pregunto cruzándose de brazos.

–No papá, no hay nada– respondí intentando esquivar su mirada.

–¿Segura?, porque he notado que últimamente no tienes apetito, estas cansada siempre y has estado utilizando ropa holgada– dijo dando un paso enfrente para acercarse mas a mi. –No sera que a ti te esta pasando algo y no quieres decírmelo–

–De que hablas papá estoy perfectamente bien– mentí, pues si antes me sentía rota en estos momentos siento como los pedazos me corazón van cayendo poco a poco.

–¿Ya te llego tu periodo? – pregunto haciendo que me sorprendiera.

–No aun no me ha llegado– respondí. –¿Qué tiene que ver mi periodo con lo que estamos hablando? – pregunte confundida y curiosa a la vez.

–Pues tiene que ver mucho, no comes, tienes mas cansancio de lo normal, tu menstruación no llega y la forma de vestir holgada últimamente da mucho en que pensar– dijo mirándome a los ojos. –¿No sera que estas embarazada? – soltó sin mas ni mas.

Escuchar esa pregunta ocasiono que abriera mis ojos como platos, no podía creer que de verdad me estuviera preguntando esto, embarazada yo, era totalmente imposible, pero claro sabiendo que mi padre piensa que me acuesto con todo mundo le da sentido a su pregunta.

–¿Qué?, por supuesto que no papá, como puedes pensar que estoy embarazada, por Dios, tengo 18 años y no tengo una vida sexual activa– dije mirándolo molesta.

–Bueno que quieres que piense, se la clase de hija que tengo– dijo tratando de justificarse.

–La clase de hija que tienes– repetí cruzándome de brazos. –Se puede saber, ¿Qué clase de hija soy? – pregunte molesta.

Ojos de cielo Onde as histórias ganham vida. Descobre agora