Escuché como una puerta se cerraba.
- Ya Elisabeth, dime.
- Sebastian, estoy con Carol.
- Ay Dios, gracias, ¿Cómo está? ¿Ya le han atendido?
Se empezó a poner nervioso.
- Tienes que venir obligatoriamente, está bien pero la enfermera me dijo que tenías que venir.
- Estoy en menos de diez.
- Cuidado en la carretera.
Colgó la llamada. Espere frente de donde tenían a Carol. La enfermera no tardó en salir.
- Disculpe, la niña no para de llamar a su madre, usted me dijo que se había marchado.
- Si, Esque yo... Yo iba a ser su mamá, ya sabe.
- Está muy nerviosa, necesitamos que esté calmada.
- Solo déjenme entrar.
La enfermera cedió. Carol estaba en una cama, le habían quitado la ropa de abrigo, le había puesto medicación por vía y la chequearan.
- Mami.
Llamó la nena.
- Tranquila cariño, estoy aquí. Pronto va a venir tú papá.
- no te vayas a ir cuando papá llegue, quiero que estemos juntos otra vez.
- Hablaremos eso luego
- No me dejes sola.
- Nunca mi niña. Tienes que estar tranquila y dejar trabajar a los doctores, para que te pongas bien.
La tomé de la mano, se fue durmiendo poco a poco del cansancio. Los doctores no me dejaron estar mucho tiempo, necesitaban espacio para estar trabajando
Me tuve que volver a salir fuera una vez Carolina estaba tranquilamente dormida por la medicación que le suministraban.
Sebastian estaba en el mostrador del pasillo pidiendo saber donde tenían a su hija.
- Seb. Aquí.
Miró hacia atrás y caminó deprisa hasta mi. Sus ojos estaban vidriosos.
- La tienen ahí. Se ha quedado dormida.
- ¿Que le pasa? ¿Porque está así? Esta mañana no se le veía mal. Esta mañana estaba bien...
- Tenía mucha fiebre, cuando llegue su piel estaba completamente blanca, empezó a balbucear y a temblar.
Sebastian empezó a estresarse, no soporta la idea de que su hija este sufriendo de cualquier forma. No paraba de andar de un lado a otro.
- Seb...
Lo tomé de la mano. Me miró con los ojos rojos y mojados.
- Carol está bien, tranquilo. Ven a sentarte.
Me lo llevé a sentarse a mi lado, escondió su cara en sus manos y suspiraba echando el pelo hacia atrás. Intenté tranquilizarlo pasando mi mano por su espalda.
- Es una niña fuerte. Se parece a su papá, no te preocupes. En un par de horas estaréis en casa viendo cualquier película de superhéroes.
Sebastian me miró y me pidió un abrazo, el cual acepté. Aún con todos sus nervios, Sebastian lograba traerme paz. Podían pasar todos los horrores del mundo, pero cuando se trata de Carol, él y yo somos uno.
- Aún no sé cómo llevar esto sin ti Elisabeth, cada vez que ella se pone enferma y yo... Yo me pongo muy nervioso y ella te llama...
Me entristeció.
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Profesor Stan: A tu lado.
FanfictionLa segunda parte de mi historia "Profesor Stan" Años de lamentos y noches sin dormir han pasado por las vidas de nuestro protagonistas. ¿Re hicieron sus vidas? ¿Su amor sigue tan puro como el primer día? ¿O quizás alguien más esté ocupando el lugar...