Capítulo 3: Lío de habitaciones

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—Musa, creo que he vuelto a casa —digo impresionada

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—Musa, creo que he vuelto a casa —digo impresionada.

Acabamos de entrar en la sala donde compartiremos el curso con nuestras compañeras. Me quedo clavada algo sorprendida en el pequeño pasillo que se construyó para abrir paso a la sala común, la cual está repleta de plantas. Hogar salvaje hogar. Son tantas que casi no permite el paso de la luz solar del ventanal principal. Mi prima sonríe consciente de que digo la verdad. Papá es incapaz de no traer una planta nueva por día a casa y colocarla por alguna parte de ella, salvo la habitación de Brandon que es el único que se ha negado a acoger más.

Decido avanzar unos pasos para curiosear y ver si lo demás también es igual, de ser ese el caso me vuelvo a Linphea. ¿Qué sentido tendría huir de tanta vegetación si la tengo hasta en la sopa? Musa se cuela por una de las habitaciones de la derecha, por lo que yo me dedico a pasear absorta por la belleza del sitio.

El lugar se divide en dos habitaciones por cada lado del círculo perfecto que es el salón. Este está compuesto por dos sofás naranjas con mantas de símbolos por encima, una mesa baja de cristal con algunos accesorios y justo donde el pasillo hay cómodas y algunos armarios. Miro al techo y antes de marearme veo colgada una lámpara de araña ricamente decorada.

La partición en dos zonas llega a raíz de la gran ventana y dos secundarias, más pequeñas, a cada lado que dan a donde entrenan los especialistas. Me asomo en busca de Riven pero no le distingo desde tan lejos, si es que está. Debajo de la ventana hay una especie de banco que está cubierto por ficus, orquídeas, lirios, violetas, cactus y algunas más exóticas como Costilla de Adán o kentias.

—¿A casa por qué? —pregunta una voz dulce y cantarina. Una chica de pelo castaño claro a la altura de los hombros, ojos verdes, piel clara y de apariencia menudita me sonríe entusiasmada detrás de un ficus. ¿Cuánto tiempo lleva ahí? Sale torpemente pero continúa con su sonrisa—. Soy Terra, encantada nueva compañera de habitación.

—¿Hada de tierra? —digo a su vez. Ella asiente casi al instante mientras yo suspiro, cansada de tanta vuelta que he dado, y con cuidado me siento en uno de los dos sofás—. Encantada Terra, soy Melody y la que ya está en su habitación, mi querida prima Musa. Mis padres son hadas de tierra —le explico. Ella se sienta a mi lado con dos plantas pequeñas en macetas azules—, por eso digo que es como estar en casa.

—¡Oh, pero entonces tú también eres una hada de tierra como yo! —exclama con viveza. Deja las plantas en la mesa baja de cristal reluciente que hay frente a nosotras—. ¡Qué ilusión! Nunca pensé que tendría tanta suerte de tener una compañera así. Pensaba que estabas disgustada con toda mi decoración por cómo has dicho lo de "Creo que he vuelto a casa" —repite mi frase haciendo de enfadada y eso me hace reír—. Menos mal, porque creía que tendría que quitarla como me ha dicho la pelirroja, ¿cómo se llamaba? —Chasquea sus dedos impacientemente tratando de encontrar el nombre de la chica.

—Beatrix, coño. —Chilla una voz agria como el vinagre desde uno de los cuartos. El rostro de Terra pasa de ser el más alegre al más asustado—. No es tan difícil y tú, sal de mi habitación. No admito mentirosas aquí.

·𝑬𝒎𝒑𝒂𝒕𝒉𝒚 & 𝑰𝒍𝒍𝒖𝒔𝒊𝒐𝒏𝒔 ·  ✨ꜰᴀɴꜰɪᴄ ꜰᴀᴛᴇ: ᴛʜᴇ ᴡɪɴx ꜱᴀɢᴀ✨Where stories live. Discover now